La Asamblea General de Naciones Unidas confirmó, tras realizar el conteo de votos, que México, único candidato por América Latina para ocupar un escaño.


La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) eligió a Mexico como uno de los cinco países que ocuparán un puesto como Miembro No Permanente en el Consejo de Seguridad para el bienio 2021-2022. Así ejerció su voto el Embajador Juan Ramón de la Fuente, Representante Permanente de México ante la ONU, ante la Asamblea General.

La Asamblea General de Naciones Unidas confirmó, tras realizar el conteo de votos, que México, único candidato por América Latina para ocupar un escaño, logró, del total de 192 Estados Miembros participantes en la votación, 187 votos y 5 abstenciones.

Así, oficialmente, México logra formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU para el bienio 2021-2022. La noticia fue confirmada por el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien afirmó que la designación de México es un “Gran reconocimiento a nuestro país en todo el mundo. Enhorabuena”.

La subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado, señaló que México logró la votación más alta obtenida por México en la historia reciente.

La representación mexicana promovió la inclusión de nuestro país al Consejo de Seguridad para ser promotor de cambios que puedan generar perspectiva de género e igualdad ante naciones poderosas, así como fortalecer al órgano de la ONU a través del multilateralismo.

Pugnará también por una reforma integral del Consejo de Seguridad que incluya tanto un incremento de miembros no permanentes, con mayor participación regional, así como una mejora en los métodos de trabajo, señaló el embajador Juan Ramón De la Fuente, representante permanente de México ante la ONU.

El camino de México por un asiento en el Consejo de Seguridad

El gobierno federal, a través de su representante permanente, el embajador Juan Ramón de la Fuente presentó el 27 de junio de 2019 su candidatura para integrar el Consejo de Seguridad de la ONU.

La postulación se logró gracias al apoyo unánime de los 33 países de América Latina y el Caribe. “México será un socio transparente y confiable. Actuaremos siempre con un ánimo constructivo.

Procederemos con apego al derecho internacional, especialmente a la Carta de Naciones Unidas”, escribió el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, tras anunciar la postulación de México en julio pasado al máximo órgano encargado de la seguridad internacional. “Estamos recuperando en el mundo la fama y la gloria de nuestra gran nación”, aseguró el presidente.

En febrero de 2019, el representante permanente de México ante la ONU reiteró el apoyo de nuestro país a la propuesta del Movimiento Unidos por el Consenso (MUC) para robustecer el Consejo de Seguridad.

Señaló que, desde la perspectiva mexicana, las reformas al Consejo deben orientarse a robustecerlo, aspirando a una ONU más democrática y más funcional. Indicó que agregar nuevos miembros permanentes al Consejo de Seguridad significaría que el régimen de gobierno que se adoptó en la ONU en su creación en 1945, bajo circunstancias históricas muy concretas, y que hoy va en contrario sensu al principio de la igualdad jurídica de los Estados, es el más adecuado para las necesidades de la ONU en el siglo 21.

“La naturaleza de los fenómenos en los que estamos inmersos, son propicios para fortalecer la participación de las organizaciones regionales”, refirió.

Sobre los Operativos de Mantenimiento de la Paz que realiza la ONU por instrucciones del Consejo de Seguridad, México propondrá mantener un alto al fuego por la vía de la razón y la justicia. “Claro está que sin paz no hay desarrollo posible y, sin desarrollo, es poco probable reducir la desigualdad.

Si no se reduce la desigualdad no puede haber justicia. De ahí la complejidad de los operativos de paz modernos. No se trata solo de ejercer atribuciones coercitivas, que terminan en algunos casos siendo necesarias, sino de construir una paz duradera: poner toda la inteligencia disponible –en el sentido más amplio– para el mantenimiento de la paz”, expresó de la Fuente Ramírez en enero pasado. En enero mismo, de la Fuente aseguró que el país refrenda su compromiso con los principios de la ONU.

Recalcó que la paz y seguridad internacionales, el desarrollo sostenible con justicia, y la protección de los derechos humanos, son tesis de la ONU totalmente compartidas por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El representante permanente se dijo confiado en que en junio, México lograra su elección como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el periodo 2021-2022.

Aseguró que esto es debido a que el gobierno de López Obrador tiene la paz y la seguridad como prioridad en su política interna y en su política internacional. Ya en el marco del COVID-19, Juan Ramón de la Fuente detalló que la resolución sobre insumos médicos aprobada en abril por la ONU, ayudará a mucha gente en los próximos años en el combate al coronavirus. “Nos fortalece como país en la ONU y esperemos que esta resolución tenga consecuencias.

Parte del riesgo (de no ser aprobada) es que era muy puntual. Esperemos que con la resolución de México, cuando esto llegue, tengamos posibilidades todos los países a un acceso más ordenado y no entrar a una rebatinga en donde lo que pasaría es que esos beneficios llegan primero, y a veces exclusivamente, a la gente rica de los países ricos y eso es lo que estamos tratando de evitar con esta resolución de México en la ONU”, refirió en entrevista para Joaquín López-Dóriga en Grupo Fórmula.

Elección en el Consejo de Seguridad

De acuerdo con los estatutos del Consejo de Seguridad, explicados en la Carta de la ONU, la función principal es “mantener la paz y la seguridad internacionales de conformidad con los propósitos y principios de las Naciones Unidas”.

El Consejo de Seguridad de la ONU consta de 15 miembros: cinco Permanentes, ocupados por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, y 10 Miembros No Permanentes. Dichos asientos están repartidos, de acuerdo con una resolución aprobada en 1991, de la siguiente manera: Cinco de África y Asia; Uno de Europa Oriental; Dos de América Latina y el Caribe; Dos de Europa Occidental y otros Estados.

La Asamblea General elige, cada año, a cinco Miembros No Permanentes, del total de 10, por un período de dos años. Los miembros salientes no serán reelegibles para el periodo subsiguiente. Los miembros no permanentes son Alemania, Bélgica, Estonia, Indonesia, Níger, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica, Tunez y Vietnam. Los puestos de Alemania, Bélgica, Indonesia, República Dominicana y Sudáfrica son los que fueron votados este miércoles.

Un representante de cada uno de sus miembros debe estar presente en todo momento en la Sede de las Naciones Unidas para que el Consejo de Seguridad pueda reunirse cuando surja la necesidad México ya formó parte del Consejo de Seguridad en cuatro periodos anteriores: en 1946, en el bienio 1980-1981, en 2002-2003 y en 2009-2010.

A diferencia de otros países de América Latina, nuestro país ha aparecido menos veces que Argentina, que ha sido miembro en nueve ocasiones, o Brasil, que ha ocupado este asiento por diez periodos.

¿Qué es el Consejo de Seguridad?

De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, se establecieron seis órganos principales en la Organización, incluido el Consejo de Seguridad. La responsabilidad primordial en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales corresponde al Consejo de Seguridad, que podrá reunirse cada vez que la paz se vea amenazada.

Según dispone la Carta, Naciones Unidas tiene cuatro propósitos: Mantener la paz y la seguridad internacionales; Fomentar relaciones de amistad entre las naciones; Cooperar en la solución de problemas internacionales y en el desarrollo del respeto a los derechos humanos; Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones.

Todos los Miembros de la ONU se comprometen a aceptar y aplicar las decisiones del Consejo de Seguridad. Mientras que otros órganos de las Naciones Unidas hacen recomendaciones a los Estados Miembros, solo el Consejo de Seguridad tiene el poder de adoptar decisiones que los Estados Miembros están obligados a aplicar en virtud de la Carta. La ONU explica que cuando recibe una denuncia relativa a una amenaza a la paz, la primera medida que adopta el Consejo generalmente es recomendar que las partes intenten llegar a un acuerdo por medios pacíficos.

El Consejo puede establecer principios para este acuerdo; en algunos casos, llevar a cabo una investigación y un proceso de mediación.

Además puede enviar una misión, nombrar enviados especiales; o solicitar al secretario general que interponga sus buenos oficios para llegar a una solución pacífica de la disputa.

Cuando una controversia da lugar a hostilidades, la principal preocupación del Consejo es ponerles fin lo antes posible. El Consejo puede emitir directivas de alto el fuego que puedan ayudar a prevenir una escalada del conflicto; enviar observadores militares o una fuerza de mantenimiento de la paz para ayudar a reducir las tensiones, separar a las fuerzas enfrentadas y crear un entorno de tranquilidad en el que se puedan buscar soluciones pacíficas.

El Consejo podrá, además, optar por aplicar medidas coercitivas, entre ellas sanciones económicas, embargos de armas, sanciones y restricciones financieras y prohibiciones de viajar; ruptura de relaciones diplomáticas; o incluso el bloqueo, y acciones militares colectivas. Centra sus acciones en los responsables de las políticas o prácticas condenadas por la comunidad internacional, minimizando a su vez los efectos de las medidas adoptadas en otros sectores de la población y la economía.

El Consejo de Seguridad celebró su primera sesión el 17 de enero de 1946 en Church House, Westminster, Londres. Actualmente, el Consejo de Seguridad está instalado en forma permanente en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. También se ha trasladado a muchas ciudades y celebrado sesiones en Addis Abeba (Etiopía), en 1972; Ciudad de Panamá (Panamá), en 1973; y Ginebra (Suiza), en 1990.

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