La clínica, una promesa de campaña de la alcaldesa Claudia Sheinbaum, cuenta con 32 trabajadores, de los cuales 11 son mujeres y hombres trans.
Instalada en un edificio de dos plantas en el centro de Ciudad de México, la clínica cuenta con dos médicos generales y cuatro especialistas.
Aunque no ofrece cirugías, de ser necesario, puede emitir autorizaciones para que los pacientes sean atendidos en otros hospitales públicos.
En seis semanas de funcionamiento ha recibido a unas 200 personas, que en su mayoría buscan atención psicológica para iniciar tratamientos hormonales y cambiar de sexo.
Situaciones de confusión y rechazo son frecuentes para las personas trans cuando buscan atención médica, algo que en la nueva clínica quieren erradicar al ofrecer un servicio que incluye apoyo psicológico y tratamientos hormonales.
«No todos los lugares de salud están capacitados o familiarizados con la comunidad trans. Muchas veces (las pacientes) se sienten discriminadas o tienen miedo a un maltrato», dijo el lunes (16.11.2021) Erika González, encargada del área médica.
De momento, el servicio está enfocado en la población de la capital, pero el objetivo es «que se replique» en otros estados mexicanos, refiere Martínez.
Además de las dificultades para acceder a servicios de salud y los riesgos de automedicarse y usar sustancias sintéticas, la comunidad trans denuncia ser víctima de violencia de género.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la esperanza de vida de una persona trans en México es de apenas 35 años, frente a 77 de toda la población. No son solo los «problemas de salud, sino la violencia», afirma González.
Por número de víctimas, México es el segundo país más letal para los transexuales después de Brasil, según las oenegé Letra S y Transgender Europe.
Durante el primer semestre de 2021, Letra S registró el asesinato de 33 personas trans, frente a 43 casos de todo 2020.