Durante la gestión de Zoé Robledo Aburto al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se identificaron irregularidades millonarias en la contratación de servicios clínicos y de anestesia, como parte de un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre los 5 mil 750 millones de pesos que el IMSS erogó en 2023 para estos servicios. La ASF señaló que más de mil 226 millones de pesos (más de un cuarto de lo gastado) requieren aclaración debido a pagos sin comprobar, falta de documentación y cumplimiento deficiente por parte de proveedores.
Un caso relevante es el de la empresa CBH+ Especialistas en Innovación Médica, encargada de un contrato por 3 mil 984 millones de pesos para la provisión de máquinas y personal para anestesia, pero que incumplió en la entrega de equipos, personal y suministros. Esto obligó a los médicos a operar a los pacientes con recursos propios, generando costos adicionales y sobrecargos por casi 99 millones de pesos.
La auditoría reveló deficiencias en la supervisión de los servicios, con huecos en los registros y falta de contrarrecibos. Además, se detectó la simulación de competencia en los procesos de licitación, con empresas vinculadas entre sí compitiendo en licitaciones por servicios de análisis clínico y anestesia.
El IMSS, para combatir el rezago quirúrgico, subcontrata a empresas para la provisión de insumos y la realización de procedimientos médicos, sin embargo, la falta de supervisión y las irregularidades detectadas por la ASF subrayan graves problemas de transparencia y cumplimiento en la contratación y ejecución de estos servicios.
Con información de Proceso
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