Uno de cada cinco nuevos diagnósticos de Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en México corresponde a jóvenes o adolescentes, según informó el infectólogo Álvaro López Íñiguez.
El profesional forma parte de la Clínica VIHVA del Departamento de Infectología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).
Un grupo de gran interés para México y América Latina son los jóvenes y adolescentes entre 15 y 24 años, ya que es en este segmento donde los casos están aumentando, mencionó en el contexto del Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida, que se celebra el 1 de diciembre.
Entre muchos factores, la carencia de una correcta educación sexual es lo que ocasiona que el VIH esté afectando a la población joven.
La falsa información en redes sociales, el hecho de no tener una educación sexual, ni en casa ni en la escuela. El hecho de no saber lo que debemos hacer luego de haber tenido relaciones sexuales sin protección son factores que están aumentando los casos de VIH entre jóvenes y adolescentes”, indicó el especialista.
Pero independientemente de la edad y la preferencia sexual, las personas deben estar conscientes de que la principal vía de contagio del VIH son las relaciones sexuales sin protección.
El método principal de adquisición es a través de actividad sexual sin método de protección, pero también se puede adquirir a través de transfusiones, compartir agujas y tatuajes que se realizan en malas condiciones.
También están los casos de las mujeres embarazadas que no reciben la atención durante la gestación y que pueden transmitirles la infección a sus bebés”, explicó López Íñiguez.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida (Censida), en 2023, se diagnosticaron 16 mil 941 nuevos casos en el país. Y hasta julio de este año, se han sumado 9 mil 502 contagios. Más de 85% fueron hombres.
Ante este panorama, el infectólogo enfatizó que la recomendación es que la prueba para detectar VIH se realice cada año de manera preventiva.
Sostuvo que se trata de una enfermedad que no presenta síntomas hasta que está avanzada, es decir, cuando el sistema inmunológico ya se debilitó y hay afectaciones en diversos órganos del cuerpo.
Comienzan a presentarse enfermedades oportunistas e infecciones añadidas, en las que hay fiebre, pérdida de peso, diarrea crónica, tos de mucho tiempo de evolución y lesiones en la piel. Éstas son las razones por las cuales buscan atención médica y ya el VIH avanzó”, detalló el médico internista.
YA NO ES SINÓNIMO DE MUERTE
López Íñiguez señaló que el tratamiento permanente con medicamentos antirretrovirales —que son gratuitos en el sector salud— y el seguimiento médico son determinantes para que los pacientes con el virus tengan una vida normal.
Con un tratamiento constante de medicamentos antirretrovirales se logra que la carga viral sea indetectable y, por tanto, el paciente no puede contagiar y lleva una vida normal.
Actualmente hay algunos estudios epidemiológicos en torno a que si alguien adquiere la infección a los 20 años de edad su expectativa de vida será de 74 años, lo cual es similar a la expectativa de vida de la población en general”, indicó el especialista.
“HE VIVIDO 24 AÑOS CON EL VIRUS”
En el año 2000, su esposo le dijo que tenía VIH.
A 24 años de distancia, en un testimonio anónimo, la paciente del INCMNSZ compartió a Excélsior que, a pesar del golpe emocional y los problemas de salud, se puede dar vida y vivir con el virus.
Explicó que la clave ha sido apegarse día con día al tratamiento de medicamentos antirretrovirales y acudir —sin falta— a sus citas médicas.
Tengo el diagnóstico desde hace 24 años y desde entonces he tenido una muy buena adherencia al tratamiento. Me diagnosticaron después de que mi esposo me dijo que había salido positivo y yo tenía siete meses de embarazo. Pensé que era una broma, pero no lo fue.
Afortunadamente llegué al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, donde me han atendido por más de dos décadas y la verdad nunca pensé vivir tantos años”.
Hoy, su hijo tiene 26 años y un hermano de 23. Ambos están sanos, por lo cual, tras vencer obstáculos en su salud, la paciente decidió ayudar a otras personas a enfrentar su diagnóstico.
Aquí en el instituto soy acompañante de pacientes a quienes se les diagnostica con VIH, trato de ser un apoyo para que no se sientan solos”.
Sostuvo que es importante terminar con el estigma que rodea a los pacientes con VIH, quienes tienen todo el derecho de tener una vida normal, sin ningún tipo de discriminación, como la que ella llegó a sufrir.
En una ocasión, hice la solicitud para un trabajo y desafortunadamente en el carnet de mi hijo decía: madre con VIH, entonces, cuando lo vieron, la empresa no me quiso contratar.
Por eso es muy importante que podamos difundir que el VIH no es sinónimo de muerte y que tampoco se contagia por abrazos o besos”, instó la paciente del INCMNSZ.
Con información de Excélsior.
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