El COVID19 impactó en la salud de millones de mexicanos y en sus empleos, lo cual elevó los niveles de pobreza y generó una serie de problemas sociales e intrafamiliares, cuyas repercusiones serán perceptibles en los años venideros, ya que esta crisis, además de sanitaria, ha sido humana y laboral, señaló el director del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Nacional, Armando Sánchez Vargas.
La anterior es el eje central de El mundo del trabajo y el ingreso, el tomo 2 (de 15), producto del seminario “La Década COVID en México. Los desafíos de la pandemia desde las Ciencias Sociales y las Humanidades”, el cual reunió a decenas de especialistas para analizar las consecuencias de la emergencia sanitaria a partir de diversas disciplinas como biología, filosofía, sociología, medicina, psicología, urbanismo, derecho, por mencionar algunas.
¿Cómo un virus tan minúsculo mermó así el bolsillo de los trabajadores?, preguntó Armando Sánchez, y de inmediato respondió que basta recordar los primeros días luego de la alerta sanitaria y el freno tan brusco que sufrieron la mayoría de las actividades económicas, para constatar cómo el nuevo coronavirus modificó cualquier expectativa.
El mundo cambió y las consecuencias son perceptibles. De hecho, el 25 de marzo de 2021 la ONU advirtió en un comunicado: “La Covid19 podría representar una década pérdida para el desarrollo”. Y es que la pandemia generó desempleo y transformó los escenarios laborales; eso es algo sobre lo cual debemos reflexionar, comentó el académico.
De esto y más trata este libro de 11 capítulos y 385 páginas, resultado de una colaboración entre el IIEc y el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, coordinado por Rolando Cordera Campos, Enrique Provencio Durazo y Armando Sánchez Vargas. Forma parte de la colección “La década COVID en México. Los desafíos de la pandemia desde las Ciencias Sociales y las Humanidades”.
Los más afectados
Para el profesor Sánchez Vargas no cabe duda de que las poblaciones más afectadas en lo laboral por esta crisis sanitaria fueron los adultos mayores y los más jóvenes, “pues la COVID19 nos ha obligado a usar nuevas tecnologías para cumplir con nuestros deberes y muchas personas de la tercera edad no han sabido adaptarse, lo que ha generado segregación en este grupo poblacional y que muchos individuos queden a la zaga”.
En contraste, las personas de 18 a 30 años que buscaron trabajo durante la pandemia encontraron que los empleos se redujeron tanto en lo formal (tan sólo en 2020 se registró una caída de un millón de puestos de un trimestre a otro) como en lo informal (la tasa de desempleo aumentó 50 por ciento).
Esta es una de las razones por las cuales los jóvenes no encuentran empleos; si lo hacen, es sin prestaciones y con pocas esperanzas de mejora en el corto y mediano plazos. “Las condiciones de este sector etario se antoja complicado y eso es algo a considerar desde hoy, si deseamos que las nuevas generaciones tengan un mejor futuro”, dijo.
Para el académico, la COVID 19 es apenas una de las muchas piezas que complican el escenario mundial, porque al mismo tiempo tenemos una guerra en Ucrania, inflación generalizada de alimentos, escasez de energéticos y cambios a nivel geopolítico.
“El propósito de un libro como este es colaborar en el diseño de estrategias que nos ayuden a recuperar algo de lo perdido. El diagnóstico logrado nos proporciona elementos útiles para proponer políticas públicas, para enfrentar una siguiente pandemia y, sobre todo, para llegar, en las mejores condiciones posibles, a la próxima década”, finalizó Sánchez Vargas.
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