El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) dio a conocer que aproximadamente 296 mil niñas, niños y adolescentes de cinco municipios de Guerrero resultaron afectados tras el impacto del huracán Otis y hoy día están en una situación de riesgo y vulnerabilidad.
De acuerdo con la información, los daños que dejó este ciclón a su paso por el Pacífico mexicano dejó a 177 mil 804 niños y jóvenes de educación básica sin escuelas.
A través de un comunicado, la Unicef señaló que se encuentra trabajando con las autoridades de las tres órdenes de gobierno para brindar asistencia humanitaria y proteger a la niñez y la adolescencia afectada por el paso del ciclón.
Asimismo, el organismo de las Naciones Unidas precisó que uno de los mayores peligros es que los menores de edad pueden llegar a enfrentar carencias de alimentación adecuada, acceso limitado a agua potable, riesgo de enfermedades relacionadas con el estancamiento de agua, deshidratación, atención médica reducida, y abusos a su integridad física y emocional debido al posible aumento de la violencia y el crimen.
De igual forma, precisaron que los daños a los hogares y la infraestructura crítica, como hospitales y escuelas, representarán un riesgo especial para la población infantil y adolescente.
Por estos hechos la Unicef recopila información sobre las necesidades inmediatas que tienen los niños y jóvenes, junto con recomendaciones para abordar los riesgos de seguridad.
Se ha brindado apoyo psicosocial a los afectados mediante espacios seguros para el juego y la distracción, así como educativos, y capacitación al personal de primera línea para prevenir el abuso y la explotación.
De igual forma, como parte de sus acciones, han distribuido micronutrientes y alimentos terapéuticos; agua potable, kits de higiene, kits de limpieza y desinfección, suministros esenciales para la atención primaria y salud materno-infantil, así como la ampliación del acceso a agua potable segura y saneamiento, incluyendo la provisión de infraestructura hidrosanitaria móvil (baños y lavamanos).
Cómo explicarle a un niño
Uno de los sectores más afectados psicológicamente tras el paso del huracán Otis han sido los niños y los adolescentes, pues se han enfrentado a condiciones difíciles que les han generado traumas urgentes a tratar.
Los más pequeños, sin lograr entender cómo es que toda la gente perdió sus viviendas o zonas de trabajo, buscan en los adultos algún tipo de respuesta que les haga entender su nueva realidad.
“No hay palabras para explicarles, sólo decirle que por el momento no hay agua o no hay del jugo que le gusta, comida […] Le digo ‘es que nada más entró un monstruo’. No hay otra forma de explicarle a un niño que apenas va a cumplir un año”, dijo la señora Rosy a las cámaras de Milenio.
Por otro lado, la falta de comida, agua potable y la higiene han pasado factura a la salud de los más pequeños, pues decenas de menores ―sobre todo los bebés― presentan cuadros de fiebre, dolores de estómago y otros síntomas.
La rutina de los niños tras el paso del ciclón ahora también es pasar el tiempo agarrados de las manos de sus padres mientras buscan en las enlodadas calles qué comer o bien a familiares cuyo paradero aún se desconoce.
Mientras tanto, se avecinan festividades como Día de Muertos, Navidad o Año Nuevo, que no van a tener el mismo sabor que antes.
“Ellos son conscientes de lo que ha pasado, pero sí tienen ese trauma, dicen “va a llover” y ellos ya están de “es que yo no quiero que vuelva a llover”.
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Foto: Especial