Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió frenar los asesinatos de periodistas en México, a unas semanas de que dejé la presidencia del país, suman 39 homicidios en su sexenio y un agrio enfrentamiento con los medios tradicionales.
Las víctimas de estos crímenes tenían en común que trabajaban en zonas aisladas por narcotraficantes y publicaban sus contenidos en pequeños medios o redes sociales, generalmente en precariedad laboral.
El caso más reciente se registró el domingo en Celaya, donde Alejandro Martínez, administrador de una popular página de noticias en Facebook, fue baleado pese a que tenía medidas de protección tras sufrir un atentado en 2022.
Martínez viajaba en una patrulla con dos escoltas cuando fue atacado en esa ciudad duramente golpeada por el crimen organizado, con lo que suman tres los reporteros asesinados este año, según cifras oficiales.
Al menos ocho periodistas cayeron bajo las balas en los últimos años en México a pesar de haber acogido el mecanismo de protección oficial para personas amenazadas, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF).
«La incapacidad del Estado para poner fin a la impunidad de estos crímenes es un tema crucial», denunció la organización defensora de la libertad de prensa tras el asesinato de Martínez.
Un tercio de las víctimas mortales informaba en redes sociales, según la oenegé Artículo 19, lo que a menudo complica su caracterización como reporteros y determinar si murieron por razón de su oficio.
«Ya no hay impunidad»
El mandatario izquierdista, que entregará el mando a su copartidaria Claudia Sheinbaum el 1 de octubre, defiende que en todos los casos de homicidio de periodistas ocurridos en su gobierno hay detenidos. «Ya no hay impunidad (…), no somos iguales», repite aludiendo a sus antecesores.
Durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), quien lanzó una polémica ofensiva militar antidrogas, hubo 58 comunicadores asesinados, mientras que en el de Enrique Peña Nieto (2012-2018) sumaron 38, según un recuento de RSF.
Las agresiones contra la prensa se multiplicaron en medio de la espiral de violencia que se desató con la guerra antidrogas en 2006. Desde entonces el país acumula unos 450,000 asesinatos y más de 100,000 desaparecidos, de acuerdo con cifras oficiales.
(EL ECONOMISTA: nota completa AQUÍ)
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