A la ‘santa’ hoguera también fueron a parar otros libros y objetos relacionados con la «magia» y la «hechicería», como una máscara africana.
Sacerdotes católicos de la fundación evangélica SMS Z Nieba (SMS desde el cielo, en español) quemaron este domingo libros y objetos que consideraron sacrílegos, haciendo de ellos una hoguera cerca de una iglesia de la ciudad de Koszalin, situada en el norte de Polonia.
Publicaron en su página de Facebook, acompañándolas de pasajes bíblicos en los que se condenan «todas las prácticas de magia o de hechicería».
Ni ediciones de Harry Potter de J.K. Rowling, ni la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer se salvaron de las llamas, lo mismo que una máscara africana, una figurilla de elefante y un paraguas infantil de color rosa, entre otras cosas.
La publicación generó numerosos comentarios críticos y burlas sobre los sacerdotes por quemar en la hoguera libros infantiles y juveniles.
Algunos usuarios de Facebook incluso observaron que los responsables deberían ser procesados por daño al medio ambiente y contaminación, mientras que otros compararon el acto con algo propio de la Edad Media.
Uno de los usuarios incluso recordó la frase del poeta alemán Heinrich Heine: «Donde se queman libros se terminan quemando también personas».
Como justificación, los sacerdotes citaron en Facebook ―entre otros pasajes― el 7:25 de Deuteronomio, que reza «quemarás a fuego las esculturas de sus dioses; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, porque es abominación al Señor tu Dios», y el 2119 del Catecismo de la Iglesia católica.
Según este último, «todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone desvelan el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8).
La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, y el recurso a médiums encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos.
Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios».