Los números han ido multiplicándose por día y solo el pasado domingo, el estado reportó casi 15.300 nuevos contagios.
Cuando Raúl Reina, un cubanoestadounidense de 37 años residente en Miami, despertó en medio de la madrugada a finales de junio con fiebre, escalofríos y un fuerte dolor de cabeza tuvo un presentimiento: su mayor temor de los últimos tiempos se había hecho realidad.
«Lo primero que pensé fue que era coronavirus. Por eso fui y me hice la prueba ese mismo día, un sábado por la mañana», le dice a BBC Mundo.
Sin embargo, como los síntomas desaparecieron horas después, pensó que había sido una falsa alarma.
Dos días después, como no había recibido los resultados de la prueba y ya se sentía bien, regresó a su trabajo en una barbería en el oeste de la ciudad. Lo hizo hasta el siguiente fin de semana, cuando finalmente llegaron los resultados: había dado positivo por el nuevo coronavirus, SARS-CoV-2.
Poco más tarde, su cuñada también presentó síntomas y también su esposa embarazada, que tuvo que ser ingresada en cuidados intensivos. A ninguno de ellos, hasta este lunes, le habían preguntando por sus potenciales contactos.
El caso de Raúl y sus familiares es solo uno de los tantos miles que ha reportado el estado en las últimas semanas en Miami donde el creciente número de positivos, la demora en los resultados de los test, el aumento en las hospitalizaciones y el escaso rastreo de contactos han contribuido a convertirlo en el nuevo epicentro del covid-19 en Florida y en EE.UU.
Los números han ido multiplicándose por día y solo el pasado domingo, el estado reportó casi 15.300 nuevos contagios, la tercera parte de los cuales se registraron en Miami–Dade.
En total, hasta este lunes, Florida había reportado 282.435 casos y 4.277 fallecidos desde que empezó la pandemia, mientras Miami-Dade, su condado más poblado y centro de la vida turística del sur de EE.UU., los contagios eran 67.713 y los muertos los 1.143.
En Estados Unidos, el número de contagios confirmados superaba los tres millones y eran 135.500 las muertes, mientras a nivel global se habían reportado 13 millones de casos y casi 600.000 fallecidos, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
Para que se tenga una idea, del total de casos registrados en todo EE.UU. el domingo y este lunes, más del 25% pertenecía a Florida.
Ha sido un cambio abrupto desde que en mayo pasados muchos medios hablaban del «milagro de Florida«, que había logrado mantener en menos de 1.000 el número de casos por día.
Ahora, con algunos hospitales ya casi al tope de su capacidad, las autoridades médicas temen que la situación pueda empeorar en fechas venideras, ya que estiman que la cima de la curva de contagios podría tener lugar dentro de dos o tres semanas.
De acuerdo con el alcalde Miami-Dade, Carlos Giménez, dado que la cifra de positivos supera el 20%, las autoridades dan por hecho que una de cada cuatro personas tiene coronavirus, presente síntomas o no.
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