El Vaticano informó la tarde de este martes que la salud del Papa Francisco se ha deteriorado, al agravarse su cuadro clínico con la aparición de una neumonía bilateral que se suma a la bronquitis que ya padecía. El parte médico, comunicado pasadas las 19:30 horas, detalló que la infección polimicrobiana, presente en un contexto de bronquiectasia y bronquitis asmática, ha requerido el uso de terapia antibiótica con cortisona, complicando así el tratamiento terapéutico.

El TAC [tomografía axial computerizada] de tórax a la que se ha sometido esta tarde el Santo Padre (…) ha demostrado la aparición de una neumonía bilateral que ha requerido terapia farmacológica adicional”, explica el comunicado, el más detallado de los difundidos hasta ahora. “Los exámenes de laboratorio, las radiografías de tórax y las condiciones clínicas del Santo Padre continúan presentando un cuadro complejo”, concluye. En todo caso, añade la nota al final, “el papa Francisco está de buen humor”.

Después de que este lunes el Vaticano anunciara que Francisco sufría “un cuadro complejo” y la hospitalización se alargaba de forma indefinida, esta mañana quedó anulada su agenda hasta el domingo. Se han suspendido la audiencia jubilar del sábado, día 22, y la celebración de la misa del domingo en la basílica de San Pedro, donde sustituirá al Papa el cardenal italiano Rino Fisichella.

A las 12.30 de este martes, el portavoz vaticano dijo simplemente, en línea con los días anteriores, que el Papa había pasado una noche “tranquila”, había descansado, desayunado y luego se dedicó a la lectura de algunos periódicos. El último parte médico del lunes por la tarde confirmaba que las condiciones de Jorge Mario Bergoglio, de 88 años, eran “estacionarias”, no tenía fiebre y seguía con la terapia. Esta tarde no se ha aclarado si padece fiebre o no.

El comunicado vespertino ha señalado, por lo demás, que el Papa recibió esta mañana la comunión, lo que quiere decir que no celebró él la misa, y el resto del día “ha alternado el descanso con la oración y la lectura de textos”. El Vaticano ha añadido que Francisco “agradece la cercanía que siente en este momento y pide, con corazón agradecido, que se siga rezando por él”.

Los detalles que ha dado a conocer hasta ahora el Vaticano indican que el Pontífice ha cambiado dos veces de terapia, señal de que los médicos han ido probando antibióticos hasta dar con el adecuado, y la ausencia de fiebre, según los expertos, era síntoma de que el tratamiento está funcionado. El diagnóstico hasta ahora, una infección polimicrobiana de las vías respiratorias, quiere decir, según los expertos, que la patología se debe tanto a virus como bacterias.

El propio Papa se ha referido estos días a su enfermedad solo como una “bronquitis”, lo que descartaba una neumonía, más grave, pero ese escenario ha cambiado esta tarde. Ya al día siguiente de su ingreso en el hospital Gemelli, el Vaticano indicó que la terapia había sido “ligeramente modificada”, y el lunes se confirmó un nuevo cambio. La aparición de la neumonía ha añadido más fármacos al tratamiento por tercera vez.

Hasta el día del ingreso fue tratado con cortisona, razón por la que presentaba el rostro hinchado, pero quedó en evidencia que no era suficiente. Además, Bergoglio, con fama de no ser muy buen paciente y reacio a los médicos, insistía en continuar con su ritmo de trabajo. Ya el 5 de febrero, en una audiencia con fieles, demostró dificultad para respirar y hablar. Él mismo comentó que tenía una bronquitis y delegó la lectura del discurso.

Los pulmones son uno de los puntos débiles del Papa y desde 2023 sufre fuertes resfriados y bronquitis en cuanto empieza el frío. A pesar de ello, quiso presidir la misa dominical en San Pedro al aire libre. Luego los médicos le forzaron a no moverse de su residencia, donde continuó recibiendo las visitas habituales. El mismo viernes, antes de ser ingresado, mantuvo cinco audiencias. Como continuaba sin curarse, finalmente aceptó ir al hospital. Un parón que además le obligaba a descansar.

A la hora de seguir el estado del Papa, suele haber dos breves comunicados del Vaticano. Uno, por la mañana, para dar una primera información, no médica, de su estado, como ya ha sucedido hoy. Si ha dormido bien, ha desayunado, qué hizo la tarde anterior. El segundo, por la tarde, ya contiene detalles médicos y es el más relevante.

Pese a la convalecencia, Francisco incluso ha trabajado un poco. Estos días, por ejemplo, se han hecho públicos algunos nombramientos y hoy ha aceptado la renuncia de un obispo canadiense, Jean-Pierre Blais, de la diócesis de Baie-Comeau, acusado de abusos sexuales. También hace llamadas telefónicas, algo confirmado porque ha mantenido su costumbre de los últimos meses de llamar a diario a la parroquia católica de la Sagrada Familia, en Gaza, para mostrarles su cercanía. El párroco, Gabriel Romanelli, aseguró el lunes que el Papa “estaba cansado, pero su voz era clara”.

Con información de El País.

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