El Papa Francisco enfrenta una situación de salud más compleja de lo inicialmente previsto. Este lunes 17 de febrero, el Vaticano confirmó que su estado se ha complicado, y que el pontífice permanecerá en el hospital por más tiempo debido a una infección respiratoria grave.
El viernes 14 de febrero, el Papa fue ingresado al hospital Gemelli de Roma debido a un cuadro de bronquitis. En ese momento, se indicó que suspendería sus actividades hasta el lunes. Sin embargo, las pruebas realizadas en los últimos días revelaron una infección polimicrobiana del tracto respiratorio, lo que ha obligado a los médicos a modificar su tratamiento. Según un comunicado oficial de la Santa Sede, el cuadro clínico es ahora considerado complejo, por lo que se requerirá un internamiento hospitalario prolongado para su adecuado manejo.
A pesar de haber mostrado signos de mejora, como la desaparición de la fiebre leve, el Papa continúa recibiendo tratamiento médico y se le ha ordenado reposo absoluto. Además de la bronquitis, el pontífice, de 88 años, ha lidiado con problemas de salud en el pasado, incluyendo la extirpación de parte de un pulmón en su juventud y recientes cirugías por complicaciones intestinales.
Este nuevo giro en su salud aumenta la preocupación por el bienestar del líder religioso, que ha mantenido una agenda de trabajo muy intensa y exigente.
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