Jóvenes han dicho que se les apareció la Virgen María, pero la Iglesia todavía no se ha pronunciado sobre la autenticidad del fenómeno, que atrajo a millones de católicos.

El papa Francisco dio su aprobación para que los peregrinos visiten Medjugorje,  un santuario bosnio donde jóvenes han dicho que se les apareció la Virgen María, pero el Vaticano advirtió el domingo que la Iglesia todavía no se ha pronunciado sobre la autenticidad del fenómeno, que ha atraído a millones de católicos, creyentes y curiosos al sitio.

El portavoz vaticano Alessandro Gisotti dijo en un comunicado por escrito que “el Santo Padre ha dictaminado que es posible organizar peregrinaciones a Medjugorje”.

La decisión, que podría impulsar aún más el turismo, fue anunciada también por el enviado del Vaticano a la parroquia local y por el nuncio papal en Sarajevo.

El santuario se encuentra a 120 kilómetros (75 millas) al sur de Sarajevo, la capital de la Bosnia predominantemente musulmana.

En 1981, durante el papado del primer papa de Europa del Este, Juan Pablo II, seis jóvenes dijeron que fueron testigos de las apariciones de María.

Gisotti destacó que “se debe tener cuidado para no interpretar estas peregrinaciones como autenticación de los eventos señalados, que aún requieren un examen por parte de la Iglesia”.

“Por lo tanto, debe evitarse que tales peregrinaciones creen confusión o ambigüedad con respecto al aspecto doctrinal”, dijo el portavoz del Vaticano.

El año pasado, un millón de personas acudieron a Medjugorje, donde los fieles se arrodillan en oración ante una estatua de María.

La declaración del Vaticano también enfatizó que los sacerdotes que organizan las peregrinaciones deben estar preparados adecuadamente, de modo que aquellos que vayan al santuario para celebrar la misa allí eviten generar confusiones doctrinales.

Desde que se mencionaron por primera vez las apariciones, millones de católicos han acudido al sitio. Pero a pesar de los años de estudio, el Vaticano nunca ha declarado las visiones como auténticas, a diferencia del fenómeno de las apariciones de María en Fátima, Portugal y Lourdes, Francia, otros dos destinos de peregrinación inmensamente populares.