Catalán rápidamente buscó socorrer a los accidentados y fue quien avisó a Carabineros para que fueran a rescatarlos, según detalla la emisora chilena Radio Cooperativa.


Dejó de existir en las últimas horas Sergio Catalán, un arriero chileno con el que se toparon Roberto Canessa y Fernando Parrado cuando, sabedores de que ya no los buscaban, decidieron abandonar los restos de la aeronave siniestrada y buscar ayuda por su propia cuenta.

El deceso de Catalán fue divulgado por la emisora trasandina Radio Estación 1 Curicó.



El 13 de octubre de 1972, el avión Fairchild de la Fuerza Aérea Uruguaya que trasladaba a la delegación del club de rugby Old Christians se estrelló en la cordillera de Los Andes, con 45 personas a bordo, de las que finalmente sólo sobrevivieron 16.

Tres de ellos, Roberto Canessa, Fernando Parrado y Antonio Vizintín salieron en busca de ayuda. A poco de andar, el tercero retornó a los restos del avión, pero los otros dos prosiguieron la marcha.

En su andar, en diciembre de 1972, avistaron a un arriero, a quien le comenzaron a gritar. Se trataba de Sergio Catalán, quien actualmente vive en la ciudad de San Fernando, en la Región de O’Higgins.

Catalán, el primer ser humano con el que contactaron los supervivientes tras 72 días de penalidades en las cumbres andinas, rápidamente buscó socorrer a los accidentados y fue quien avisó a Carabineros para que fueran a rescatarlos, según detalla la emisora chilena Radio Cooperativa.

Los sobrevivientes de a tragedia nunca olvidaron la providencial intervención del arriero. En diciembre pasado, Gustavo Zerbino, uno de los que lograron regresar con vida, publicó en Twitter un sentido mensaje de gratitud.

«Gracias a nuestro gran amigo el arriero Sergio Catalán, un ejemplo de solidaridad que hizo 120 km a caballo para avisar que había encontrado a dos sobrevivientes, hoy podemos estar vivos 47 años después».

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