Miles de personas salieron a las calles de Europa y Australia el sábado, al igual que centenares en Tokio y Seúl para apoyar las protestas en Estados Unidos contra la brutalidad policial.


Las continuas protestas mundiales reflejan la rabia por el trato de policías a las minorías étnicas, provocado por el asesinato de George Floyd el 25 de mayo en Mineápolis, después de que un agente de policía lo inmovilizó con una rodilla en el cuello durante casi nueve minutos mientras sus compañeros se mantenían al margen.

Europa ha sido testigo de una ola sin precedentes de manifestaciones antirracistas que han atraído a decenas de miles de personas a las calles.

En Londres, miles de manifestantes ignoraron el clima húmedo para congregarse en la Plaza del Parlamento, usando máscarillas por la amenaza del coronavirus y agitando pancartas. El ministro del Interior, Priti Patel, instó a la gente a no protestar en vista de la pandemia, que ha matado a más personas en Gran Bretaña que en cualquier otro lugar del mundo fuera de Estados Unidos.

En Berlín, los manifestantes llenaron el Alexanderplatz central, mientras que hubo protestas también en Hamburgo y Varsovia. En París, las autoridades prohibieron las manifestaciones previstas en el exterior de la embajada de Estados Unidos y en los prados cercanos a la Torre Eiffel.

Sin embargo, varios cientos de manifestantes, algunos con carteles de “Las vidas negras importan”, se reunieron en la Plaza de la Concordia, cerca de la embajada. En Brisbane, la policía estimó que 10.000 personas se unieron a una protesta pacífica, llevando mascarillas y sosteniendo carteles de “Black Lives Matter”.

Muchos se cubrieron con banderas indígenas, pidiendo que se pusiera fin al maltrato policial a los indígenas australianos. En Sídney, una decisión judicial de última hora prohibió las protestas debido a las restricciones para frenar el coronavirus cuando miles de personas marcharon, en medio de una fuerte presencia policial, cantando: “¿Las vidas de quién importan? Las vidas de los negros importan”.

También se celebraron marchas en Melbourne, Adelaida y otras ciudades australianas. En Tokio, los manifestantes protestaron contra lo que dijeron que era el trato policial a un hombre kurdo que dice que fue detenido mientras conducía y empujado al suelo, dejándole con hematomas.

En Seúl, se reunieron docenas de activistas surcoreanos y residentes extranjeros, algunos con máscaras negras que decían “no puedo respirar” en coreano, haciéndose eco de las últimas palabras de George Floyd mientras yacía en la acera. Otros participaron en una “protesta fotográfica viral” en línea.

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