Es previsible que May intente someter su acuerdo a una cuarta votación esta semana.
La primera ministra británica, Theresa May, presidirá el martes varias reuniones de su gabinete en un intento por trazar un curso que saque al país del laberinto del Brexit, en un momento en el que aumenta la presión para una salida de la Unión Europea sin acuerdo o una convocatoria electoral.
Casi tres años después de que Reino Unido votara a favor de dejar a la UE en una consulta de inesperado resultado, la política británica está sumida en una crisis profunda y no está claro cómo, cuándo o si alguna vez el país abandonará el club al que se unió por primera vez en 1973.
El acuerdo de May (negociado por Londres y Bruselas durante dos años) ha sido derrotado tres veces por la Cámara baja del Parlamento británico, que el lunes no logró agrupar una mayoría en torno a ninguna alternativa a su acuerdo.
Es previsible que May intente someter su acuerdo a una cuarta votación esta semana.
El punto muerto ya ha retrasado el Brexit en dos semanas respecto a la fecha de salida prevista inicialmente para el 29 de marzo y se prevé que May presida reuniones del Ejecutivo de varias horas en Downing Street, en un intento por encontrar una salida al actual estancamiento.
“En los últimos días se ha hecho más probable una salida sin acuerdo, pero aún podemos tener esperanzas de que se evite”, dijo en Bruselas el jefe de negociaciones de la UE para el Brexit, Michel Barnier.
“Reino Unido debe indicar ahora el camino a seguir o indicar un plan”, dijo Barnier. “Ahora más que nunca”. Barnier dijo que todavía es posible que Reino Unido apruebe el acuerdo de May y reiteró que era “la única manera” de que el país abandone el bloque de manera ordenada.
Si May no puede lograr que el Parlamento lo ratifique, entonces tiene la opción de una salida sin acuerdo, convocar elecciones o pedir a la UE una prórroga larga para negociar un acuerdo del Brexit con una relación mucho más estrecha con el bloque.
La tercera derrota del acuerdo de salida de May del viernes, la fecha en que estaba previsto en un principio que Reino Unido abandonara la UE, ha dejado a la mandataria británica ante una crisis laberíntica.
Inversores y diplomáticos están desesperados ante el caos y la volatilidad de las noticias sobre el Brexit es tal que algunos operadores financieros se han alejado de la libra esterlina, que ha registrado fuertes oscilaciones desde el referéndum de 2016.
El lunes la divisa volvía a caer.
El electorado británico, sus dos principales partidos y el gabinete de May están divididos sobre el Brexit y May corre el riesgo de partir en dos a su Partido Conservador si se inclina hacia una relación más cercana con la UE tras el Brexit o si sale del bloque sin un acuerdo.
Es probable que se enfrente a dimisiones tanto si respalda como si rechaza una decisión de este tipo.