Una expedición científica en la Antártida halló 532 cuerpos sin vida de pingüinos de Adelia, por lo queinvestigadores de la Federación Universitaria de Australia intentan averiguar por qué murieron.
Se investiga la relación de estas muertes con el virus mortal H5N1 de la gripe aviar, aunque las pruebas sobre el terreno no fueron concluyentes.
Sin embargo, pruebas adicionales ya han sido enviadas al laboratorio y se espera resolver el misterio en los próximos meses.
La mayor preocupación de los científicos es que la gripe aviar pueda afectar a especies amenazadas de pingüinos y otros animales que habitan en la Antártica, luego de que la enfermedad se propagara por la fauna salvaje de Sudamérica desde 2022, hasta llegar al remoto continente austral, donde hace un mes se confirmó el primer caso de este virus.
Muerte de pingüinos, primer caso de brote de la gripe aviar
Meagan Dewar, bióloga de vida silvestre y líder de la expedición, aseguró que esta «es la primera vez que la fauna salvaje de estas regiones se ve amenazada por un brote de la enfermedad a gran escala«, que podría «tener un impacto masivo en la vida silvestre de la región, que ya está siendo impactada por el cambio climático entre otras tensiones ambientales».
Anteriormente, en una expedición realizada en diciembre, Dewar junto con su equipo de trabajo logró detectar la presencia de la cepa H5N1 en la península antártica y tres islas cercanas en la especie págalo pardo, que se alimenta de huevos y polluelos de pingüinos.
Unos meses después, la expedición observó la «mortalidad inusual» de los pingüinos. Dewar afirma que, aunque es difícil predecir cómo afectará el virus a los pingüinos, el brote «tiene el potencial de causar eventos de mortalidad masiva y pérdidas significativas».
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