El 27 de enero de 1945 fue liberado el campo de concentración y exterminio de Auschwitz a manos de las tropas soviéticas. Este evento puso fin a casi cinco años de funcionamiento es un campo donde los nazis asesinaron a un total de 1,1 millones de personas, la mayoría de ellas judías. Auschwitz se convirtió en símbolo de las atrocidades causadas por la Alemania nazi durante el Holocausto y los restos de lo que fue, sirven hoy en día para combatir el olvido de uno de los mayores crímenes de la humanidad.
El final del campo de exterminio de Auschwitz, localizado en la actual Polonia, pero puesto en funcionamiento por la Alemania nazi durante casi cinco años, llegó un gélido 27 de enero de 1945.
Hace 80 años las tropas soviéticas, lideradas por Iosef Stalin estaban en plena contraofensiva contra el ejército nazi de Adolf Hitler y se toparon con lo que posteriormente se convirtió en el mayor símbolo de los horrores del Holocausto y el exterminio contra el pueblo judío que vivía en Europa.
En esos años de dominio alemán se construyó todo un operativo de exterminio que hizo que 1,1 millones de personas fueran asesinadas en las cámaras de gas y posteriormente cremadas, la mayoría de ellas judías. Apenas unos pocos miles consiguieron sobrevivir a aquel horror, y los que lo hicieron recibieron la liberación soviética en un estado de salud infrahumano.
Un campo de exterminio para ejecutar la ‘Solución Final’ de Hitler
Los nazis concibieron lo que posteriormente sería el campo de exterminio tras la invasión de Polonia de 1939 y en unos terrenos en los que ya había, de forma anterior, unos barracones del Ejército polaco.
Los nazis habían creado campos de concentración anteriormente en territorio alemán, donde albergaron presos comunes y enemigos políticos, sin embargo, su idea para Auschwitz era la de asesinar al grueso de la población judía que para 1940 ya había sido apartada en guetos sobrepoblados en las principales ciudades polacas.
Como todos los campos, Auschwitz estuvo bajo supervisión directa de las SS, lideradas por uno de los hombres más cercanos a Adolf Hitler: Heinrich Himmler.
Himmler designó a gente de su confianza para liderar el que sería el mayor campo de exterminio de la Segunda Guerra Mundial. Los encargados fueron Rudolf Hoss hasta 1943 y Arthur Liebehenschel y Richard Baer desde esa fecha hasta 1945.
Estas tres personas fueron las encargadas de ampliar el campo y de crear los barracones para los prisioneros y posteriormente las cámaras de gas y los crematorios para eliminar los restos de las personas asesinadas.
El campo de exterminio de Auschwitz estaba dividido en tres zonas y vivió varias ampliaciones, especialmente después de que Adolf Hitler decretara la llamada ‘Solución Final’ en 1941, cuyo objetivo principal era eliminar a toda la población judía en Europa.
Auschwitz I fue la primera fase del campo y la que aprovechó los barracones iniciales del Ejército polaco. En esta parte es donde se tenían las condiciones menos duras y en ella estuvieron encerrados básicamente comunistas, opositores políticos polacos y convictos comunes. A pesar de ello, más de 70.000 personas fueron asesinadas dentro de sus instalaciones.
Posteriormente, se habilitó la construcción de Auschwitz– Birkenau, un extenso campo lleno de barracones de madera y cuatro cámaras de gas con hornos crematorios donde se alojaron la mayoría de los prisioneros judíos y gitanos. Aquí es donde se cometieron los mayores crímenes y desde donde se orquestó una matanza sin precedentes en la historia. La mayoría de las personas que llegaban en trenes eran llevadas a las cámaras de gas y más tarde cremadas.
Los nazis solían escoger a las personas más jóvenes y fuertes para realizar trabajos forzosos hasta que estas personas morían por agotamiento o eran seleccionadas para entrar a una cámara de gas. El promedio de vida de estas personas rondaba entre los seis y los ocho meses.
Por último, estaba Auschwitz III, un pequeño campo de trabajo forzado donde se llevaba a técnicos especializados para ayudar a la fabricadora de caucho IG Fabren. Era el que mejores condiciones tenía para los presos.
En las instalaciones, además de los asesinatos sistemáticos se realizaron experimentos médicos a cargo de Josef Mengele, quien torturó hasta la muerte a decenas de personas.
De aquellos episodios apenas quedan imágenes, ya que la mayoría de ellas fueron destruidas por los nazis antes de su salida del campo. Las tomas que quedan es lo que encontraron los soviéticos al ingresar a las instalaciones en enero de 1945. Sin embargo, numerosos relatos que fueron escritos por los supervivientes han ayudado a dimensionar el horror vivido por las personas que fueron deportadas a Auschwitz.
Los sobrevivientes fueron claves para sentenciar a los máximos responsables
La llegada de los soviéticos ayudó a los aliados a entender la gran magnitud de la barbarie cometida por los nazis contra millones de personas.
Ellos sabían de la existencia de estos campos durante la guerra, pero las imágenes tomadas en Auschwitz marcaron un antes y un después. Las tropas de Stalin quisieron destruir aquel lugar de horrores, pero fueron los mismos prisioneros quienes les suplicaron que no hicieran, convirtiendo a Auschwitz en el lugar de memoria y recuerdo de los asesinados durante el holocausto que es hoy.
El testimonio de estas personas también fue clave para que posteriormente se juzgara a una parte de los responsables de estas atrocidades.
Rudolf Hoss, el primer jefe del campo, fue capturado por los británicos en 1945. Él compareció en los Juicios de Núremberg en 1946 que se celebraron para condenar a la cúpula del poder nazi y su castigo fue la ejecución en la horca en 1947 frente a una de las cámaras de gas que ordenó construir en Auschwitz.
Liebehenschel, segundo jefe del campo, también fue condenado a muerte y ejecutado por un tribunal polaco en 1948 y Baer, el último de los jefes, estuvo desaparecido durante varios años hasta que fue detenido y condenado a cadena perpetua. En prisión decidió suicidarse en 1963.
En lo que respecta al jefe de las SS e ideólogo del sistema de campos de exterminio, Heinrich Himmler, no pudo comparecer en los Juicios de Núremberg porque también decidió suicidarse al ser detenido en mayo de 1945 por los británicos.
En lo que se refiere al resto de mandos solo 750 personas recibieron condenas de las más de 6.500 detenidas al liberar el campo.
Tras las condenas a buena parte de los responsables, Auschwitz se convirtió en un centro de memoria que lucha contra el olvido de todas las atrocidades que se cometieron en esos años y contra las teorías negacionistas infundadas que surgieron después.
Un lugar de recuerdo que pretende sostener las voces de aquellos supervivientes que lograron escapar del horror y que con el paso de las décadas han ido falleciendo.
(FRANCE 24)
Sigue la información de última hora en las redes sociales de URBANO Noticias Puebla y Tlaxcala.