Lula caminó hacia un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones del sindicato metalúrgico de São Bernardo do Campo
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se entregó este sábado a la policía para cumplir la condena de 12 años de cárcel por corrupción impuesta por los jueces.
Lula caminó hacia un vehículo de la Policía Federal que le esperaba en las inmediaciones del sindicato metalúrgico de São Bernardo do Campo, en el estado de São Paulo, donde permanecía atrincherado desde que el pasado jueves, cuando fue ordenada su prisión.
Dos horas antes, un grupo de seguidores había logrado impedir un primer intento del exmandatario por salir del edificio, bloqueando los portones e impidiendo el paso de su vehículo. Ante la imposibilidad de avanzar, Lula tuvo que abandonar el auto y dirigirse nuevamente al interior del edificio.
Tras su entrega, las autoridades lo trasladarán a una prisión en la ciudad de Curitiba, en el sur del país, donde tendrá que cumplir su condena en una celda especial de 15 metros cuadrados adaptada para su permanencia.
El expresidente brasileño ya había anunciado durante la mañana del sábado que cumpliría el mandato de prisión dictado en su contra y se entregaría a las autoridades.
«Voy a atender el mandato [de prisión] porque quiero mostrarles lo que es responsabilidad y para poder probar mi inocencia«, dijo Lula ante cientos de simpatizantes; «voy a atender el mandato para que no digan mañana que soy un prófugo y que me estoy escondiendo. Voy para que sepan que no tengo miedo», afirmó.