Un día antes de su toma de posesión, el presidente electo Donald Trump aprovechó un estridente mitin para prometer acciones expeditas desde su primer día para remodelar al gobierno federal, cambiando las prioridades federales a una velocidad vertiginosa y asegurando que “el telón se cierra sobre cuatro largos años de declive estadounidense”.

Ante casi 20.000 partidarios en la Capital One Arena en el centro de Washington para el evento de celebración “Hagamos Grande a Estados Unidos”, Trump fue ovacionado cuando declaró que tomaría acciones rápidas en todos los aspectos, desde medidas enérgicas en la frontera entre Estados Unidos y México hasta promover la perforación petrolera, restringir la fuerza laboral federal y erradicar los programas de diversidad.

“Vamos a darles el mejor primer día, la primera semana más grande y los primeros 100 días más extraordinarios de cualquier presidencia en la historia estadounidense”, aseguró Trump, quien también prometió revocar “en cuestión de horas” las acciones ejecutivas de su predecesor, el presidente saliente Joe Biden.

En una acción que llamó la atención, Trump ingresó a la arena por el nivel del vestíbulo y bajó por las escaleras antes de su discurso, deteniéndose frecuentemente para levantar el puño y posar para tomarse fotos con los asistentes. El momento se tornó aún más surrealista después de que terminó de hablar, cuando Village People subió al escenario y el presidente electo cantó —e incluso bailó brevemente— al ritmo de “YMCA”, un himno no oficial de su campaña.

Trump dijo que impulsaría su agenda con una serie de acciones unilaterales desde la Casa Blanca, diciéndole a la multitud, “Van a ver órdenes ejecutivas que los van a hacer extremadamente felices. Muchas de ellas”.

“Mañana no desperdiciaremos ni un solo instante”, prometió más tarde a los asistentes en una recepción.

El domingo fue el primer día completo de Trump de regreso en Washington desde su victoria en la jornada electoral y le dio la oportunidad de energizar a sus partidarios más leales antes de la toma de posesión. A diferencia del día en que Trump incitó a un grupo de simpatizantes a irrumpir en el Capitolio e intentó aferrarse al poder en 2021 tras su derrota ante Biden, las autoridades no anticipan protestas multitudinarias, disturbios o actos de violencia.

En cambio, las multitudes celebraron el próximo mandato de Trump y el control total del movimiento Hagamos Grande a Estados Unidos Otra Vez (MAGA por sus iniciales en inglés) sobre el Partido Republicano.

Sin embargo, incluso con una cómoda victoria en el Colegio Electoral y su partido en control total —aunque por estrecho margen— del Congreso, el presidente entrante es una de las figuras más polarizadoras en la historia de Estados Unidos, con casi tantos acérrimos detractores como fervientes partidarios. Eso significa que le podría resultar cumplir las promesas postelectorales de promover el bipartidismo al tiempo que cura diferencias políticas.

No obstante, Trump ha insistido en que la unidad será parte de su discurso de investidura, junto con la fuerza y la igualdad —a pesar que durante su campaña pasó meses diciendo que en caso de ser elegido buscaría vengarse de sus enemigos políticos.

(AP)

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