Una artista ‘repobló’ su aldea con muñecos de antiguos vecinos que emigraron a otras zonas de Japón.
Cuando Norman Nakamura, de 36 años, decidió visitar la aldea de Nagoro, en Japón , se topó con lo que a primera vista parecía ser una comunidad muy tranquila.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de un detalle muy particular: él era una de las pocas almas vivas de todo el pueblo, ya que la mayoría de la población de esta peculiar aldea japonesa son muñecos.
Puede sonar a película de terror, pero Nagoro y sus muñecos existen. La aldea se sitúa en la isla de Shikoku, en la prefectura de Tokushima. Hace 60 años, Nagoro estaba poblada por hombres, mujeres, niños y ancianos. Actualmente, tan solo queda una treintena de personas y unos 350 muñecos hechos de paja, a la manera de espantapájaros.
MUÑECOS CON NOMBRE Y APELLIDO
Otra particularidad de la aldea es que estos muñecos tienen nombre y apellido, ya que representan, en general, a personas que han vivido en el pueblo. Algunos, incluso, están vestidos con sus mismas prendas.
Hay, por ejemplo, tres hombres sentados en la base de un poste de teléfono como conversando; un hombre pescando en el río, otros esperando el autobús. Todos y cada uno están hechos a mano por una única persona: Ayano Tsukimi, una mujer de 72 años.
Tsukimi y su familia vivieron en Nagoro hasta que emigraron, en la década de 1960. Pero en 2002 ella regresó a Nagoro, y desde entonces, su idea de poblar la aldea con muñecos ha conseguido colocar a este pequeño pueblo de Japón en el mapa y atraer el turismo a un sitio desconocido hasta entonces.
En la escuela de la aldea, que cerró en 2012, están sentados, con sus ropas de entonces, los últimos estudiantes que pasaron por sus aulas, como preparados para seguir en clase apenas reabra.
Pero el sector principal es el gimnasio, donde se pueden ver decenas de estos muñecos haciendo distintas actividades, algunos vestidos con ropas típicas, otros practicando artes marciales o juegos populares, como el de la soga, e incluso en plena boda.