Interpol, la agencia que coordina cuerpos policiales internacionales, dictó una orden de detención internacional en su contra y España lo acusa de crímenes de lesa humanidad.
Las autoridades españolas y francesas detuvieron el jueves en los Alpes franceses a un histórico dirigente del grupo armado vasco ETA que llevaba prófugo 17 años, según anunció el Ministerio del Interior de España.
José Antonio Urruticoetxea Bengoetxea, más conocido como Josu Ternera, era el miembro de ETA más buscado desde 2002. Interpol, la agencia que coordina cuerpos policiales internacionales, dictó una orden de detención internacional en su contra y España lo acusa de crímenes de lesa humanidad.
El ministerio dijo que el arresto tuvo lugar el jueves por la mañana en Sallanches, una población de 16 mil habitantes en la región de los Alpes franceses cerca de centros de esquí y alpinismo. Participaron en la operación agentes de inteligencia franceses y de la Guardia Civil española, según el comunicado.
La jefa de policía Sarah Chelpi, de la gendarmería regional en la localidad vecina de Chamonix, dijo a The Associated Press que Ternera fue detenido cerca del hospital local y trasladado a la comisaría de Sallanches.
“La detención de Josu Ternera estaba fijada como una prioridad máxima”, dijo el ministro del Interior interino Fernando Grande-Marlaska.
Añadió que España pedirá la extradición de Ternera antes de que termine de purgar cualquier sentencia que se le aplique en Francia.
ETA, acrónimo de “Euskadi ta Askatasuna” que en vasco significa “Patria Vasca y Libertad”, abandonó las armas en 2017 y se disolvió un año más tarde tras una campaña violenta que dejó 853 muertos y 2 mil 600 heridos en su lucha por la creación de un estado independiente en el norte de España y el sur de Francia.
La voz de Ternera fue identificada como la de uno de los dos miembros de ETA que leyeron un comunicado anunciando el fin del grupo armado en audios publicados el 3 de mayo de 2018, tras décadas participando en el activismo clandestino.
Ternera, de 69 años, habría estado ligado a ETA desde que las actividades violentas del grupo lo colocaron en el panorama internacional en la década de 1970, según investigadores. Además fue uno de los negociadores que participó en conversaciones con enviados del gobierno español para el fin de la banda armada a mediados de la década del 2000.
Más tarde fungió como legislador en el Parlamento regional vasco, pero pasó a la clandestinidad a finales de 2002 luego que el Tribunal Supremo lo citó por su presunta implicación en un atentado contra una casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza que causó 11 muertos, seis de ellos menores.
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