La Convención no cuenta con un régimen de verificación internacional, pero los países pueden recurrir a mecanismos como consultas y cooperación.
“Las Naciones Unidas no tienen conocimiento de ningún programa de armas biológicas” en Ucrania, aseguró este viernes al Consejo de Seguridad la alta representante para Asuntos de Desarme, Izumi Nakamitsu.
La reunión del Consejo se produjo a petición de Rusia, que denunció que Ucrania llevaba a cabo actividades militares con armas biológicas con el apoyo de Estados Unidos.
Se trata de la cuarta reunión del máximo órgano de seguridad de las Naciones Unidas -y la primera requerida por Rusia- para tratar temas relacionados con Ucrania, desde que comenzara la ofensiva militar rusa el 24 de febrero pasado.
“Soy consciente de que algunas instalaciones de salud pública se encuentran en zonas afectadas por conflictos armados, lo que pone en peligro la seguridad de dichas instalaciones. Hago un llamamiento a todas las partes en este conflicto para que garanticen la seguridad de todas esas instalaciones en Ucrania”, dijo Nakamitzu al abrir la reunión.
Después añadió estar “al tanto de los informes de los medios sobre denuncias de programas de armas biológicas” y declaró: “las Naciones Unidas no tienen conocimiento de ningún programa de armas biológicas”.
Nakamitsu recordó que la Convención sobre Armas Biológicas de 1972 prohíbe el desarrollo, producción, adquisición, transferencia, acumulación y uso de armas biológicas, y subrayó que tanto Rusia como Ucrania son partes de dicho instrumento internacional, en vigor desde 1975.
Explicó que si bien la Convención no cuenta con un régimen de verificación internacional, los países pueden recurrir a mecanismos como consultas y cooperación entre ellos cuando haya sospechas de actividades relacionadas con armas biológicas.
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Además, dijo la alta representante, el artículo VI de la Convención establece que cualquier Estado parte puede presentar una queja ante el Consejo de Seguridad y que si éste así lo acuerda, se puede iniciar una investigación de la denuncia. Hasta ahora, nunca se ha echado mano de ese recurso en la historia del instrumento.
Nakamitsu aprovechó su intervención para referirse con gran preocupación a la seguridad y protección de las centrales nucleares en Ucrania, aludiendo a las graves consecuencias que podría tener un accidente en esas plantas.
“Las fuerzas que controlan las centrales nucleares en Ucrania deben garantizar que operen con seguridad y protección”, enfatizó e instó a reparar la comunicaciones en Chernobyl y Zaporizhzhya y a permitir que los empleados de ambas centrales desempeñen su trabajo libremente y sin presiones.
La ONU destaca el deterioro humanitario
La secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Políticos, por su parte, planteó el deterioro de las condiciones de vida de los ucranianos e indicó que los rusos continúan sus operaciones y asedian varias ciudades del sur, este y norte del país.
“Se reporta una gran concentración de fuerzas rusas en varios accesos a Kyiv, la capital”, detalló Rosemary DiCarlo.
Añadió que la situación es especialmente alarmante en Mariupol, Kharkiv, Sumy y Chernihiv, donde se bombardean zonas residenciales e infraestructura civil, provocando un número cada vez mayor de civiles muertos y heridos. “La devastación total que se está produciendo en estas ciudades es horrible”, alertó.
DiCarlo advirtió que a medida que avanza la guerra, se agudiza el peligro de sus implicaciones “más allá de la tragedia que representa para Ucrania”.
“Cada vez escuchamos más el uso de términos como ‘punto de inflexión’, ‘momento decisivo’, ‘fin del multilateralismo’. Creo que no es una exageración. De hecho, ya se están sintiendo algunas consecuencias, económicas y políticas. Quizá lo más alarmante son los riesgos que la violencia plantea para el marco mundial de paz y seguridad. Debemos hacer todo lo posible para encontrar una solución y poner fin a esta guerra. Y debemos hacerlo ahora”, concluyó la responsable de Asuntos Políticos.