Cuando Japón organizó los Juegos Olímpicos de 1964, Takamizawa estaba demasiado ocupada criando a su familia.
La bisabuela Setsuko Takamizawa está decidida a probar que nunca es demasiado tarde para aprender mientras intenta dominar el inglés, considerado como el “idioma enemigo” en su juventud, antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Cuando Japón organizó los Juegos Olímpicos de 1964, Takamizawa estaba demasiado ocupada criando a su familia como para asistir a eventos o prestar mucha atención.
Takamizawa tendrá 92 años cuando los Juegos vuelvan a Tokio en julio del año próximo y esta vez quiere estar lo más cerca posible de la acción.
La mujer es una de las más de 200.000 personas que se presentaron como voluntarias en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, con la esperanza de ayudar a organizar y guiar a los miles de visitantes extranjeros alrededor de la ciudad.
Aunque no es un requisito obligatorio, la capacidad de hablar inglés es una herramienta crucial que los organizadores están buscando y Takamizawa está entusiasmada de finalmente tener la oportunidad de adquirirla.
“Cuando era estudiante de primer año en el secundario de niñas, estalló la Segunda Guerra Mundial”, explicó Takamizawa en una entrevista con Reuters.
“En mi segundo año, el inglés fue prohibido porque era el idioma enemigo”. Takamizawa dijo que sus nietos la habían ayudado a convencerla de que no era demasiado grande para aprender.
“No hablo nada de inglés, así que pensé que me gustaría poder hacerlo”, dijo Takamizawa mientras visitaba el Estadio Olímpico en construcción en el centro de Tokio.
“Cuando hablé con mis nietos sobre mi deseo, dijeron: ‘No es demasiado tarde. Te enseñaremos una palabra por día. Será un buen desafío para ti”, contó.
“Ahí fue cuando todo comenzó”. Según los organizadores, menos del 1 por ciento de los postulantes al programa de voluntarios tiene más de 80 años.
Takamizawa sabe que esta novedad no será suficiente y que poder hablar un inglés aceptable la ayudará a cumplir su principal meta: compartir historias con gente de todo el mundo.
“Cuando le enseñé la palabra ‘mundo’, mi abuela dijo: ‘Eso es lo que quiero conocer, el mundo y su país. Quiero saber sobre el mundo’”, contó Natsuko, la nieta de Takamizawa, quien habla bien inglés y es su principal maestra.