Aunque todas las señales apuntan hacia la legalización, cada tres minutos un consumidor de cannabis es penalizado en Alemania según la actual ley de estupefacientes.
La legalización para el consumo de cannabis o mariguana en Alemania avanza y se prevé que haya autorización para una distribución controlada en tiendas autorizadas, señala un acuerdo de coalición del actual gobierno federal, formado por los Verdes, liberales (FDP) y socialdemócratas (SPD), decisión que impactará a cuatro millones de consumidores.
«El acuerdo es que el gobierno federal adoptará los puntos clave este otoño boreal y que sobre esa base se redactará un proyecto de ley. A continuación llegará al Parlamento y luego a las consultas parlamentarias. Supongo que el debate se retomará el próximo año. Cuándo se aprobará la ley y cuándo entrará en vigor está en manos del Parlamento”, dice el delegado del gobierno para cuestiones de drogas, Burkard Blienert.
Una información de la DW menciona que quedan muchas dudas por aclarar. La más importante: ¿De dónde procederá el cannabis? El representante del sector, Heitepriem, ve poco margen para el comercio internacional y las importaciones de países de cultivo tradicionales como Marruecos o Líbano. «Las convenciones de la ONU se interponen en nuestro camino, al igual que la normativa europea», dice. «Suponemos que tendrá que haber una producción nacional, al menos al principio. Esto requiere grandes inversiones y, sobre todo, un plazo de un año y medio a dos años para disponer de las capacidades de producción necesarias».
A Burkhard Blienert también le preocupan las convenciones de la ONU sobre drogas. «Hasta ahora, los acuerdos del derecho internacional se han interpretado de tal manera que el consumo de cannabis debe ser estrictamente perseguido«, señala el político del SPD.
Pero hace poco la agencia de control de drogas de la ONU aclaró: «Las medidas para despenalizar el uso personal y la posesión de pequeñas cantidades de drogas no violan las disposiciones de las convenciones sobre drogas de la ONU». Al mismo tiempo los controladores de drogas de la ONU afirman que la legalización de toda la cadena de suministro, desde el cultivo hasta el tráfico, quedaría fuera de los límites de las convenciones.
Aunque todas las señales apuntan hacia la legalización, cada tres minutos un consumidor de cannabis es penalizado en Alemania según la actual ley de estupefacientes. Hasta que las tiendas especializadas autorizadas tengan realmente cannabis en sus estantes podrían pasar años. Por esto, activistas exigen como primera medida la despenalización inmediata del consumo de cannabis, tal y como permiten las convenciones de la ONU.
Burkhard Blienert critica esta demanda. «Quiero un mercado regulado y la despenalización cae bajo eso«, subraya el comisario de drogas. «Creo que es mejor no contemplar los elementos individualmente ahora, sino pensar todo en conjunto. Queremos obtener un resultado de una vez».