El papa Francisco recibió un pañuelo verde por parte de María, una chica catequista que junto a 10 jóvenes de entre 20 y 25 años, sostuvo una plática con el Sumo Pontífice en el documental Amén: Francisco responde.
María abrió el debate y entregó el pañuelo verde tras comentar que “cuando en el 2019 era catequista estaba con niños de 12 años y estaba el debate del aborto, pero había algo que no me gustaba: ¿Por qué la iglesia quería obstaculizar un derecho de una mujer?”, reflexionó.
“Entonces, lo que yo pienso, es que Jesús acompañaría a esa mujer. No la juzgaría como lo hacen en una misa, en una iglesia”.
“Me ha tocado ir con compañeras que han pasado esta sitiuación de aborto y, (en la iglesia) en vez de enseñar el evangelio, señalan y dicien que son unas asesinas y las tratan horrible cuando ellas van a encontrar el amor de Dios”, agregó antes de protagonizar uno de los momentos más llamativos del documental.
Acto seguido, María sacó un pañuelo verde, el símbolo más potente del reclamo por el aborto legal, seguro y gratuito, y se lo obsequió entre lágrimas al Papa: “Yo le quiero entregar algo… A mi esto, poder tenerlo y llevarlo en la mochila… Atarlo… Ha sido un tránsito muy duro y ahora lo llevo con mucho orgullo. Se lo quiero entregar con mucho amor y respeto”.
¿Cómo reaccionó el papa Francisco? La abrazó, aceptó el pañuelo y le dijo: “Te agradezco”.
El debate se engrosó como consecuencia de la reflexión que hizo el papa Francisco tras recibir el objeto.
“Vos acentuaste mucho la comprensión de la mujer que aborta. En ese aspecto a los curas siempre les digo que cuando se acerca una persona en esa situación, con cargo de consciencia porque es dura la huella que deja un aborto en la mujer, que por favor no pregunten mucho y sean misericordiosos. Como es Jesús. Jesús recibe a todos después”, dijo el Papa en respuesta al descargo de María.
“Pero el problema del aborto hay que verlo científicamente. Y con cierta frialdad”, siguió Francisco, derivando el tema hacia otro terreno. “Cualquier libro de embriología nos enseña que, al mes de la concepción, ya está delineado el DNA. Y están dibujados, entre comillas, todos los órganos. Está ahí. Por lo tanto no es un montón de células que se juntaron, sino que es una vida humana sistemada”.
Entonces preguntó retóricamente: “¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema o, si yo recurro a un médico, ¿es lícito alquilar un sicario para que elimine una vida humana para resolver un problema? Evidentemente que hay situaciones afectivas que te rodean todo y te hacen por ahí, psicológicamente, invivible llevar adelante el embarazo. Todo eso lo comprendo”.
En reacción a estas palabras, otra chica le dijo que consideró “simplista” su comparación del aborto con la contratación de un sicario.
Católicas por el Derecho a Decidir
Las primeras y contundentes palabras de María, nacida en Barrio 8 de abril, en la provincia de Santiago del Estero, fueron: “Me considero católica. Participo en las capillas y, además de participar en esta iglesia, soy feminista”.
La joven contó que participa activamente en la organización Católicas por el Derecho a Decidir, descrito en su cuenta oficial de Facebook como “un movimiento autónomo de personas católicas y feministas comprometidas con la búsqueda de justicia social en América Latina y el Caribe”.
La organización a la que pertenece tiene como finalidad “propiciar la reflexión-acción sobre temas como: derechos reproductivos, sexualidad, salud y ciudadanía de las mujeres” y como algunos objetivos la creación de espacios de diálogo y reflexión, el desarrollo de acciones, la profundización de discusiones o la concientización a la sociedad sobre estos temas.