Reino Unido se mantiene en alerta ante posibles ataques violentos en todo el país contra centros de solicitantes de asilo y oficinas de abogados de inmigración.

Más de 6.000 policías se preparan para intervenir en caso de que se registren ataques, mientras los bufetes de abogados especializados en leyes migratorias y centros de apoyo a refugiados cerraron sus oficinas.

También fueron suspendidos algunos servicios médicos de familias en las áreas que se prevé que resultarían más afectadas.

En los últimos días, el país ha estado sumergido en una ola de protestas violentas, según el Gobierno, impulsadas por grupos de extrema derecha, pero las movilizaciones apuntan a recrudecer.

Ante este panorama, el primer ministro británico, Keir Starmer, sostuvo en la noche del martes una reunión de emergencia con la denominada Sala de reuniones A del Gabinete (Cobra), la segunda de esta semana.

«La reunión Cobra fue para coordinar nuestra respuesta al desorden y dejé muy claro que los involucrados sentirán todo el peso de la ley», remarcó el premier al término del encuentro.

Starmer, un exfiscal jefe que se enfrenta así a su primera crisis desde que ganó las elecciones del pasado 4 de julio, advirtió a los responsables de estos hechos que enfrentarán largas penas de prisión.

“Obviamente, es una situación difícil con el desorden ocurriendo en varios lugares diferentes al mismo tiempo, pero es precisamente por eso que celebré mi segunda reunión Cobra hoy para coordinar la respuesta y obtener la garantía que quiero y necesito de que tenemos la policía adecuada en el lugar, de que somos capaces de hacer frente a este desorden”, subrayó el primer ministro.

Policía de Londres preparada para enfrentar ataques

El Servicio de la Policía Metropolitana de Londres insistió en que hará «todo lo que esté al alcance» para proteger la capital.

«Conocemos los eventos planeados por grupos odiosos y divisivos en toda la capital (…) Han dejado muy clara su intención de causar disturbios y división. No toleraremos esto en nuestras calles», afirmó el subcomisionado adjunto Andy Valentine de la Met.

Pero las fuerzas de seguridad no solo tendrían que lidiar con los disturbios de quienes originaron la actual ola de violencia, ya que, simultáneamente, se prevén contramanifestaciones en varias comunidades.

«La escoria racista está tratando de atacar la oficina de un abogado de inmigración. No permitiremos que eso suceda: usen mascarillas y protectores faciales», señala una publicación en línea, citada por Reuters.

Los procesos contra quienes han admitido haber participado en las alteraciones al orden ya están en marcha. Entre los primeros en ser sentenciados se encuentra Derek Drummond, de 58 años, cuya sentencia se conoció en las últimas horas: tres años de prisión después de admitir haber golpeado a un oficial de policía en el rostro, el pasado 30 de julio.

(FRANCE 24)

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