Para manejar la gran cantidad de llegadas, la CBP reasignó a 750 inspectores fronterizos de sus labores habituales en los cruces de entrada.
El número de familias y niños migrantes que están ingresando a Estados Unidos desde México es tan alto que la Patrulla Fronteriza está dejando en libertad a algunos de ellos en lugar de transferirlos a la agencia responsable de su liberación, lo que ha obligado a los gobiernos locales a ayudar a coordinar su albergue, comida y transporte.
“Necesitamos trabajar hacia una limpieza completa”, dijo Richard Hudson, subjefe de operaciones de la Patrulla Fronteriza, en una carta obtenida por The Associated Press que fue enviada a los jefes de sector el jueves.
“Este debería ser nuestro ritmo diario de batalla”. Los agentes seguirán realizando revisiones médicas y de antecedentes penales, pero la decisión significa que miles de familias serán puestas en libertad sin pasar por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), que se encarga de los casos de deportación.
Los sectores de Del Río y del Valle del Río Grande, en Texas, y el de Yuma, Arizona, habían anunciado anteriormente que los agentes comenzarían a dejar ir a las familias en libertad bajo palabra.
Un agente de la Patrulla Fronteriza que no estaba autorizado para hablar públicamente sobre el asunto dijo el miércoles que las ciudades de El Paso y San Diego planeaban hacer lo mismo.
Algunos sectores no formaban parte del cambio, incluido el de Tucson, Arizona, y el de El Centro, California.
Generalmente, las familias son liberadas con notificaciones de comparecer ante un tribunal de inmigración debido a las restricciones legales sobre su arresto y la falta de espacio en los centros de detención.
Hasta ahora, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) los había detenido por un breve periodo para después entregarlos al ICE, habitualmente dentro de 72 horas, para que fueran liberados a la espera del resultado de sus casos de inmigración.
La acción ocurrió mientras la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen le escribió al Congreso para pedirle fondos de emergencia para las necesidades humanitarias y operativas, y para tener la facultad de detener a las familias juntas tanto como sea necesario para deportar a la gente más rápido.
“El volumen de ‘poblaciones vulnerables’ es insostenible. Nuestro sistema ha podido sobrellevar grandes números en el pasado, pero la composición que tiene el flujo de hoy en día hace que sean virtualmente inmanejables”, escribió.
Los arrestos a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos se han disparado en los últimos meses. De seguir así, los agentes fronterizos registrarían 100.000 detenciones y denegaciones de ingreso en la frontera este mes, de las cuales más de la mitad son familias con niños.
Para manejar la gran cantidad de llegadas, la CBP reasignó a 750 inspectores fronterizos de sus labores habituales en los cruces de entrada para ayudar a la Patrulla Fronteriza a poder darse abasto con las llegadas entre los puertos de entrada.
El director de la agencia sostuvo una conferencia de prensa en El Paso el miércoles para decir que habían llegado a un punto crítico.
Sin embargo, los legisladores federales han debatido en torno a si hay una “crisis” en la frontera, específicamente por la presión del presidente Donald Trump para construir un muro fronterizo que dice que resolverá todos los problemas migratorios.
El senador Ron Johnson, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional del Senado, dijo el jueves que la evidencia muestra que el sistema migratorio no está pudiendo manejar la enorme carga.
“La triste realidad es que ahora tenemos una frontera prácticamente abierta para cualquier migrante que la cruce con un menor de edad, y nuestras autoridades de seguridad fronteriza han sido reducidas a meros reductores de velocidad en el camino de los migrantes para vivir a largo plazo en Estados Unidos”, dijo, y agregó que se les está pidiendo a los agentes fronterizos que realicen una labor imposible sin ayuda del Congreso.
Y a lo largo de la frontera, las autoridades locales trabajaban para manejar a las familias que habían sido liberadas de forma imprevista.
El alcalde de Yuma, Arizona, Douglas Nicholls, dijo que la ciudad está trabajando con varias organizaciones no gubernamentales para garantizar que las familias liberadas por la Patrulla Fronteriza tengan un refugio temporal, alimentos, atención médica y ayuda con sus traslados hacia sus destinos.
La mayoría de las familias migrantes que llegan a Estados Unidos no planean quedarse en las localidades fronterizas a las que cruzan, sino que quieren reunirse con sus familiares en distintas partes del país.
“Centrarse en el esfuerzo humanitario es lo más importante para la ciudad”, comentó Nicholls.
El sector de Yuma ha registrado en los últimos dos años un aumento considerable en el número de familias migrantes que se entregan a las autoridades. Los agentes fronterizos han detenido a 30.000 personas en el sector relativamente pequeño desde el 1 de octubre, comentó el jueves Carl E. Laundrum, subjefe del sector.
La instalación de Yuma tiene la capacidad para retener temporalmente a 410 personas.
Hasta el jueves, el ICE había recogido a todas esas familias y las había trasladado a Phoenix y Tucson para su procesamiento.
Pero los números han aumentado tanto que ahora el ICE no tiene los recursos suficientes para recoger a todos, por lo que los agentes de la Patrulla Fronteriza están liberando a las familias.
“Nos está abrumando a nivel local, así como está abrumando al sistema a nivel nacional”, dijo Landrum.
“El gran volumen de familias que cruzan la frontera ha superado los limitados recursos de transporte del ICE, y sumado a un requerimiento de detener a estos individuos por no más de 20 días, la agencia no tiene más opción que expedir rápidamente su liberación”, dijo Sarah Rodriguez, portavoz del ICE, en un comunicado.
La agencia hace “todos los intentos para coordinar la liberación de estas personas con organizaciones no gubernamentales que brindan ayuda con las necesidades básicas, pero el gran flujo de los últimos meses también ha inundado a estas organizaciones”, agregó Rodriguez.