La prohibición se estableció «con la finalidad de evitar la cadena de transmisión propagación y contagio del virus».
A partir de hoy, en el estado de Puebla, todos los restaurantes, fonda, loncherías y cocinas económicas, así como negocios de comida rápida, tendrá prohibida la venta de alimentos en sus establecimientos; solo podrán abrir para entregar comida para llevar o para entregas a domicilio.
Las infracciones que advierta el personal adscrito a la Dirección de Protección Contra Riesgos Sanitarios de los Servicios de Salud del Estado de Puebla se sancionarán administrativamente en términos de la Ley General de Salud y de la Ley Estatal de Salud, según corresponda.
Lo anterior se establece en un decreto del Gobierno del Estado, firmado por el mandatario Luis Miguel Barbosa Huerta, que publicó este fin de semana por el Periódico Oficial del Estado, a propósito de que los poblanos, sobre todo de la capital, que siguen sin cumplir el confinamiento, pese a la pandemia de COVID-19.
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El documento cita: «Se suspende la venta de alimentos preparados y bebidas no alcohólicas en establecimientos fijos durante el tiempo que dure la pandemia».
La prohibición se estableció «con la finalidad de evitar la cadena de transmisión propagación y contagio del virus».
«La venta de alimentos preparados y bebidas no alcohólicas sólo podrá realizarse para llevar y entrega en el lugar y a domicilio exclusivamente».
También se establece que en la preparación de alimentos y bebidas no alcohólicas las personas prestadoras de servicios o de atención a clientes que tengan contacto con alimentos o cualquier tipo de producto, deberán cumplir con las medidas mínimas de seguridad sanitaria aplicando previamente a la preparación gel con base de alcohol al 70% antes de cada atención al cliente frente a este quedando en todo momento obligado el uso de cubierta facial, cubrebocas, careta mascarilla».
Fue el gobernador, el viernes pasado, que anunció la emisión de dicho decreto luego de que cientos de capitalinos abarrotarán pizzerias y negocios de comida rápida el 30 de abril con motivo del Día del Niño, lo que consideró un acto de «inconsciencia social».