“Me sorprendió que se me quisiera responsabilizar por esta omisión (…). A partir de ese incidente comenzó un distanciamiento». 

El distanciamiento entre el gobernador, Miguel Barbosa Huerta y su ex secretario de Cultura, Julio Glockner Rossainz se originó por la falta de permisos del INAH para instalar la réplica de la Capilla Sixtina en el atrio de Catedral, dijo el propio ex funcionario en una carta publicada en un portal poblano.

La defensa por el patrimonio cultural de Puebla, además de desprestigios mediáticos, faltas administrativas y un distanciamiento laboral con el gobernador Miguel Barbosa, fueron los motivos que orillaron al exsecretario de Cultura, Julio Glockner, a dejar la titularidad de la dependencia, misma que describió “con un ambiente de solemnidad y sometimiento” y escasos recursos previo a su llegada.

En un carta publicada por Glockner Rossainz en el portal Mundo Nuestro, a la par de despedirse y mostrar los avances que tuvo la reinstalación de la Secretaría de Cultura (SC), aclaró las versiones y desprestigios mediáticos que se hicieron a su persona y el trabajo que realizó en la dependencia.

En la carta que tituló “Despedida”, el antropólogo menciona que el inicio de dicho distanciamiento se dio luego de que fue clausurada por unas horas la instalación de la Réplica de la Capilla Sixtina en el atrio de la Catedral debido a que los permisos correspondientes no fueron debidamente tramitados por el padre rector de Catedral, de quien corría a cargo la operación en coordinación con la Secretaría de Economía y la Arquidiócesis.

“Me sorprendió que se me quisiera responsabilizar por esta omisión (…). A partir de ese incidente comenzó un distanciamiento entre el gobernador y yo y semana tras semana se cancelaron las reuniones de acuerdos que teníamos los miércoles por la noche”, se lee en la carta escrita por Julio Glockner.

Tras ello, señala, ocurrió una difamación luego de su comparecencia en el Congreso del Estado, donde mostró su postura sobre la instalación de la Estrella de Puebla en el Barrio de San Francisco, movimiento que pondría en riesgo el reconocimiento del Centro Histórico como Patrimonio de la Humanidad, advertido así en una carta enviada a él por la misma Luz de Lourdes Herbert, directora de Patrimonio Mundial del INAH y enlace de esta institución con la UNESCO:

“Me pronuncié en favor de la preservación del patrimonio cultural de la ciudad, no sólo por convicción personal, sino porque la Ley de General de la Administración Pública otorga facultades a la Secretaría de Cultura para cumplir la importante misión de garantizar la integridad del patrimonio arquitectónico y el paisaje urbano que lo comprende (…). Mintiendo como suele hacerlo el periódico Cambio, publicó un encabezado diciendo que yo afirmaba el rechazo del INAH y la UNESCO al proyecto urbanístico. Desafortunadamente y como no teníamos comunicación para aclararlo, el gobernador creyó esta versión difamatoria y al día siguiente declaró que si yo no estaba de acuerdo podía renunciar”.

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