En Puebla se mantiene vigente un decreto que establece una reapertura restringida de todos esto sectores socioeconómicos.

A un mes de cumplirse el primer año de la pandemia de Covid-19 en el país, Puebla alcanzó un nuevo récord de dos mil 610 pacientes activos, regresó oficialmente al semáforo rojo y pese a ello, mantiene medidas para abrir poco a poco la economía.

Los datos de la Secretaría de Salud federal y con actualización al 30 de enero de 2021, apuntan que la entidad registra 61 mil 507 casos acumulados; siete mil 89 decesos a causa de la enfermedad, casi 400 menos de las últimas reportadas por el gobierno local y 17 mil 728 sospechosos.

De estas cantidades, la ciudad de Puebla concentra 39 mil 417 casos acumulados (64% del total), tres mil 719 muertes, más de ocho mil 500 casos sospechosos y un total mil 766 casos activos (67% del total).

El panorama epidemiológico difundido en el sitio coronavirus.gob.mx agrega que a nivel estatal, 53.56% de los pacientes son mujeres, que 73% de las personas se han recuperado en sus casas y que 26.10% se encuentran hospitalizados.

También refiere las principales comorbilidades entre los pacientes de coronavirus son hipertensión (17.05%), diabetes (15.51%), obesidad (15.31%) y tabaquismo (7.12%).

Puebla en semáforo rojo

Derivado de este panorama, el estado de Puebla entró oficialmente a semáforo rojo el viernes pasado y permanecerá así, al menos, hasta el próximo 14 de febrero, cuando se emita un nuevo semáforo nacional.

Las condiciones de alerta máxima se habían advertido desde hace tres semanas por el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien lanzó llamados constantes a la población a tener la disciplina necesaria para controlar la curva epidémica lo más pronto posible.

Sin embargo, el secretario de Salud, José Antonio Martínez García, indicó en su comparecencia ante el Congreso de Puebla, que el rebrote de los contagios comenzó desde la segunda quincena de diciembre.

Este incremento derivó en una crisis de oxígeno medicinal y en que los pacientes que han requerido dicho gas para recuperarse, acapararan los tanques y concentradores, y se generara el disparo en los precios de estos productos.

Reapertura en marcha

Aunque el semáforo rojo supone la suspensión de todas las llamadas “actividades no esenciales”, como se mantuvieron durante al menos seis meses de 2020, en Puebla se mantiene vigente un decreto que establece una reapertura restringida de todos esto sectores socioeconómicos.

Los lineamientos establecen horarios reducidos, aforos de máximo 20% de la capacidad de los lugares, la prohibición de reuniones sociales en sitios cerrados y la aplicación de “cierres solidarios” en sábado y domingo.

Esto, además de restricciones en el horario de funcionamiento del transporte público y en la venta de bebidas alcohólicas entre jueves y domingo, así como la prohibición del ambulantaje y el trámite de un certificado de “espacios seguros”.

Todo esto, luego que los sectores restaurantero, comercial, hotelero, gimnasios y hasta centros nocturnos realizaron protestas para demandar que el gobierno les permitiera operar para evitar la quiebra de sus negocios.

Además, se presentó mientras se aplicaba la primera dosis de vacunas para los 21 mil 455 médicos, enfermeras, camilleros, auxiliares y demás personal de la primera y segunda línea de batalla contra el Covid-19.

Esta no es la primera vez que se aplican medidas de este tipo. Puebla ya había emprendido una reapertura escalonada desde julio del año pasado, condicionada al avance del estado en el semáforo epidemiológico, que logró llegar hasta semáforo amarillo en el tercer trimestre de 2020.

Sin embargo, en noviembre pasado, cuando se llevó a cabo el llamado “Buen Fin” y posteriormente, en las compras del mes de diciembre, los poblanos desbordaron los comercios y empeoraron las condiciones, con nuevas variantes de riesgo: el incremento en hospitalizaciones y muertes.

Finalmente, el gobierno de Puebla señaló durante las últimas semanas, que ya se rebasó el pico de contagios de julio pasado, por lo que debían tomarse medidas para la reconversión de hospitales y para cortar la línea de contagios.

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