La perfecta definición de lo que es una curaduría personalizada para un disco.
El más reciente trabajo del ex-Beatle es masticado, deglutido y digerido por diversos artistas que logran hacer mezclas alucinantes con sus canciones. Un auténtico caleidoscopio de sonidos futuristas con tintes clásicos y la recobrada presencia majestuosa de Sir Paul.
La selección de invitados merece elogios, una pléyade de rutilantes y eclécticas figuras de la música contemporánea que incluye a Beck, Josh Homme (Queens of the Stone Age), Ed O’Brien (guitarra de Radiohead), la enigmática y sensual St. Vincent, el líder de Blur y Gorillaz Damon Albarn, Phoebe Bridgers, Blood Orange, 3D (Massive Attack) y otros más.
Por ejemplo “Pretty Boys” en la versión de la banda psicodélica funk Khruangbin tiene una atmósfera fascinante, una cadencia que va y vuelve, mientras “Find My Way”, con la intervención de Beck, se vuelve un producto diferente, mejorado y diversificado. También “Kiss of Venus” es otra completamente diferente en las manos de Dominic Fike, con tintes de R&B que inserta su discurso moderno en una pieza otoñal.
Los artistas clásicos han intentado en innumerables ocasiones entrar en el gusto de las nuevas generaciones por medio de participaciones y colaboraciones que ya rayan en lo absurdo, repetitivo y muchas veces inclusive innecesario. Esta forma elegida por McCartney – o su equipo de management— es espectacular, no puede ser mejor, darle el material creado por la inspiración de un genio para que otros talentos hagan con ello lo que quieran, el resultado es sorprendente.
Rejuvenecen su sonido y exploran nuevos territorios a los que tal vez nunca hubiera llegado por sí mismo. No podemos decir que Paul fuera ajeno a la experimentación, sin embargo, en esta ocasión el disco de 2020 era el producto ideal para realizar esta aventura.
Habiendo grabado y tocado él mismo todos los instrumentos del disco, cualquier modificación que se hiciera a su trabajo sería natural y no se perderían elementos que en otros casos pudieran extrañarse. Escuchen como Blood Orange hace la mezcla de “Deep Down” y utiliza los coros de Paul mientras la melodía envuelve al escucha. Al igual que Anderson .Paak convierte “When Winter Comes” en un soul lo-fi encantador.
Mientras algunos le dan su toque personal a la composición, otros simplemente juguetean dándole matices sutiles a la versión original, pero con su sello. Los dos enfoques son dignos de atención y disfrute. Por supuesto que es un paso cuántico para el venerable Paul, que tomó el riesgo de que desmembraran su obra y la armaran con absoluta libertad, y el resultado es extraordinario, diferente y asombroso.
Larga vida al gran Paul, quien a través de estos maravillosos artistas renace, resurge y perdura para las nuevas generaciones.
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