Los críticos dijeron que el filme número 35 de Godzilla muestran un espejo ante los temores reales de incendios forestales, tormentas e inundaciones.
Desde que Godzilla irrumpió por primera vez en las pantallas de cine hace 65 años, los críticos han visto al reptiliano antihéroe como símbolo de los temores que residen en los rincones más profundos de los espectadores.
Con el regreso del gigante en “Godzilla: King of the Monsters” (“Godzilla: Rey de los Monstruos”), lanzado el fin de semana en cines, los críticos están analizando el éxito de taquilla en busca de información sobre la parálisis del mundo ante la crisis climática.
“Sería un error descartar a ‘Godzilla: King of the Monsters’ como una locura tonta o una fantasía escapista”, escribieron el antropólogo Nathaniel J. Dominy y el biólogo Ryan Calsbeek, de Dartmouth, en la revista Science.
“Lo que comenzó como una fábula antinuclear puntual se ha convertido en una alegoría más amplia de la locura humana y nuestro imprudente desprecio por el medio ambiente”, agregaron.
Godzilla se ganó su reputación como un barómetro de la ansiedad colectiva poco después de que el director japonés Ishiro Honda presentó por primera vez a la criatura parecida a un dinosaurio en su película de 1954 “Gojira”, un apodo derivado de las palabras japonesas gorila y ballena.
En la película de Honda, un Godzilla radiactivo de 50 metros de altura hace estragos en Tokio tras ser despertado desde las profundidades por pruebas nucleares bajo el agua. Lanzada apenas una década después de que las bombas atómicas destruyeron a Nagasaki e Hiroshima, la película era una reflexión tácita del trauma compartido en Japón durante la guerra.
En “King of the Monsters”, dirigida por Michael Dougherty, un excoronel del Ejército británico interpretado por Charles Dance, cree que la civilización moderna se encamina a acabar con toda la vida en el planeta.
El coronel y su equipo de paramilitares realizan una misión para liberar a los gigantes “titanes” de sus lugares de descanso para intentar inclinar la balanza a favor de la Tierra.
Godzilla ya no es el enemigo que alguna vez se deleitó derribando rascacielos japoneses sino que aparece como un improbable guerrero ecológico que lucha por derrotar la amenaza de los titanes, liderada por el rey Ghidorah de tres cabezas, y salvar a la humanidad de sí misma.
Los críticos dijeron que las fuerzas devastadoras elementales desatadas por los titanes en el filme número 35 de Godzilla muestran un espejo ante los temores reales de incendios forestales, tormentas e inundaciones causadas por la creciente inestabilidad creada por el hombre en la atmósfera terrestre.
“La película de Dougherty recuerda las inquietudes actuales de Estados Unidos por los patrones climáticos cada vez más intensos, que se extienden por todo el país de costa a costa”, dijo el escritor cultural Andy Crump en una crítica en The Week.