Peter Jackson ha revelado que la compañía intentó eliminar las groserías que los integrantes de la banda pronunciaron.

Finalmente ha llegado al público “The Beatles: Get Back”, un documental realizado por el director Peter Jackson en el que se realiza una introspectiva a la realización de “Let It Be”, el último álbum de estudio realizado por el cuarteto de Liverpool antes de su separación.

Para este documental, se han recuperado cientos de horas de grabaciones en audio y video realizadas originalmente por el realizador Michael Lindsay-Hogg, las cuales permanecieron almacenadas durante cincuenta años hasta el momento de su recuperación y eventual restauración.

Debido a la atmosfera íntima de este material, en algunos momentos del documental, el cual está disponible a través de Disney+, pueden escucharse los improperios y las groserías expresadas por los integrantes de la agrupación soltaban de vez en cuando, una acción que la casa del ratón intentó censurar.

“The Beatles: Get Back” originalmente fue pensado como una película de solo dos o tres horas de duración, extendiéndose a una serie documental de tres episodios de dos horas aproximadamente, debido a la riqueza de su material. Jackson lo ha definido previamente como “un documental sobre un documental” y hasta el momento ha generado criticas mayormente positivas sobre su enfoque narrativo.

Durante una charla con NME, Jackson ha revelado que los ejecutivos de Disney le habían pedido editar todas las groserías, una acción que encontró resistencia a través de Ringo Starr y Paul McCartney, los miembros sobrevivientes de la agrupación, quienes señalaron, de acuerdo al cineasta, que “así es como hablaban”.

Incluso Olivia, quien fuera esposa de George Harrison, se negó ante la sugerencia de Disney bajo el lema “así es como queremos que el mundo los vea”, una idea que fue compartida por Paul y Ringo. Jackson asegura que también esperaba recibir alguna anotación o sugerencia por parte de ellos al momento de ver el documental, pero no recibió una sola.

Peter Jackson señala que el par de músicos describieron el documental como “una de las experiencias más estresantes de su vida”. Aparentemente, Paul y Ringo no deseaban limpiar de ninguna manera la imagen de la agrupación y compartían el deseo de presentar los eventos tal como ocurrieron, una fórmula que parece haber surtido efecto ante el público y la crítica.

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