La primera serie alemana a cargo de Netflix terminaría convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos gracias a su elaborada combinación de elementos

La televisión siempre ha dado grandes proyectos, pero es difícil negar que el siglo XXI ha representado uno de los mayores saltos de calidad en toda su historia. Muchos de los títulos más populares provienen de Estados Unidos y Reino Unido, pero esto no significa que las producciones se limiten a estos países. Como prueba, las numerosas series europeas que hoy gozan de gran aceptación en todo el mundo.

Desde dramas históricos hasta thrillers, pasando por los más elaborados híbridos, recordamos las mejores series europeas en lo que va del siglo XXI.

Jordskott (Suecia, 2017)

En el papel, Jordskott podría confundirse con muchos otros exponentes del llamado nordic noir, en este caso con una detective que regresa a su pueblo natal siete años después de la desaparición de su hija. Las sorpresas inician cuando la trama se inclina por la ruta sobrenatural con la inclusión de elementos propios de la mitología nórdica que resultan en una historia pocas veces vista en el viejo continente. Aunque no ha tenido el impacto internacional de otros títulos europeos, es considerada todo un referente de la televisión sueca, ya que su primera temporada fue vista por cerca del 15% de su población total, convirtiéndose así en uno de los eventos con mayor audiencia en toda la historia del país.

Borgen (Dinamarca, 2010)

Considerada una de las principales responsables del reciente éxito de la ficción televisiva europea y equiparada hasta el cansancio con The West Wing por sus altas dosis de dramatismo político, Borgen aborda la historia de una modesta política que termina convirtiéndose en la primera mujer que ocupa el cargo de Primera Ministra en Dinamarca. Buena parte de su éxito se debió a la estupenda interpretación de Sidse Babett Knudsen, quien no tardaría en saltar a Hollywood en proyectos como Inferno (2016), Un holograma para el rey (2016), Westworld (2016) y Electric Dreams (2017). Por años se buscó un remake norteamericano a cargo de su mismo creador Adam Price, pero el proyecto nunca pudo concretarse por las diferencias ideológicas entre ambos países. Sin embargo, su popularidad provocó que Netflix la rescatara a varios años de su desenlace en 2013, con una nueva temporada que estrenará en 2022.

Les Revenants (Francia, 2012)

Una de las series francesas más aclamadas de los últimos tiempos que, inspirada en la película homónima de 2004, traslada sus acciones a un pueblo galo cuyos habitantes se ven sorprendidos por el retorno de sus fallecidos, los cuales no han envejecido desde sus respectivos decesos, no presentan ningún deterioro físico y no poseen ningún recuerdo de su situación. Esto resulta en un curioso, pero perturbador híbrido de drama, terror y suspenso, dotado además de importantes reflexiones alrededor de la vida, la muerte y las segundas oportunidades. Su popularidad le permitió superar con creces al proyecto original, mientras que el Emmy Internacional a Mejor serie dramática selló su consolidación entre los grandes títulos europeos en lo que va del siglo XXI.

Dark (Alemania, 2017)

La primera serie alemana a cargo de Netflix terminaría convirtiéndose en uno de sus mayores éxitos gracias a su elaborada combinación de elementos. Las lecturas más sencillas incluyen un thriller que inicia con la desaparición de dos niños y engrandecido con tintes sci-fi a partir de numerosos viajes temporales. Las más elaboradas le consideran auténticas lecciones filosóficas alrededor del determinismo sustentadas sobre el pensamiento de autores como Baruch Spinoza, Arthur Schopenhauer y Friedrich Nietzsche, entre otros. Y en el medio, una serie de cuestionamientos sobre los aciertos y errores que moldean nuestras vidas y que son fundamentales en la experiencia del ser humano. Parecía destinada al culto y terminó siendo todo un fenómeno de su tiempo.

La casa de papel (España, 2017)

Un grupo de atracadores ocultan su identidad con nombres clave de grandes ciudades y máscaras de Salvador Dalí para la realización de atracos imposibles, iniciando por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Una premisa aparentemente sencilla, pero que gozó de tal aceptación que le llevó a ser adquirida por Netflix, donde terminó de afianzarse como uno de los mayores fenómenos televisivos de los últimos tiempos y obtuvo el impulso necesario para ser la primera ficción española reconocida a Mejor serie dramática por los International Emmy Awards. Esto porque los elementos descritos anteriormente le convirtieron en todo un símbolo de resistencia del pueblo contra unas autoridades globales cada vez más ansiosas de poder y dispuestas a todo por mantenerlo. Un show que ha roto las barreras de la pantalla, al grado que hoy día es común ver sus caretas y monos rojos en distintas manifestaciones alrededor del mundo. La obra cumbre de una televisión ibérica que en los últimos años ha dado títulos de enorme relevancia social como Merlí (2015), El ministerio del tiempo (2015) y Las chicas del cable (2017), entre muchas otras.

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