La gente no debe entrar en pánico, pero sí estar alerta y seguir lo que vaya ocurriendo con este virus
Por el momento el virus de la viruela símica, conocida en inglés como monkeypox, no debería ser un motivo de preocupación, pero debemos estar alertas y observar las medidas generales de higiene como lo hemos venido haciendo para cuidarnos del SARS-CoV-2, por lo que es importante continuar con la buena higiene de manos, y evitar el contacto con personas que manifiesten alguna lesión cutánea, expresó Rocío Baños Lara, investigadora de la Facultad de Medicina de la UPAEP.
Asimismo, señaló que la gente no debe entrar en pánico, pero sí estar alerta y seguir la historia que vaya ocurriendo con este virus, además de invitar a las personas a no compartir información falsa, ser prudentes con los comentarios que se hagan con respecto a esta enfermedad, actuar responsablemente con las recomendaciones que se hagan, no entrar en pánico, no automedicarse y ante cualquier manifestación cutánea o enfermedad en general, acudir al médico.
Rocío Baños, también directora del Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP, reiteró que las personas deben continuar con el protocolo de bioseguridad que sigue vigente hasta el momento, cuidar la salud en todos los aspectos, porque si llega un virus en una circunstancia en la que las personas no se encuentran en las mejores condiciones, será complicado hacerle frente.
Por ello, enfatizó que se debe cuidar la salud, cuidar la higiene personal, porque de esta manera, se estará cuidando a la gente que se encuentra a nuestro alrededor, además de que los ciudadanos deben seguir con los esquemas de vacunación que aún están vigentes.
Para abundar más sobre la viruela símica, Rocío Baños compartió esta información que preparó en coordinación con Brenda Sofía Cardona Baza, estudiante del 9º semestre de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Puebla y estudiante visitante en el Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP.
En medio aún de la pandemia por COVID-19, la población mundial se enfrenta a una potencial amenaza viral, la viruela símica, conocida en inglés como monkeypox.
La principal vía de contagio es el contacto cercano con personas portadoras, o con secreciones de vías respiratorias o lesiones cutáneas de la persona infectada y en menor proporción por objetos contaminados.
La enfermedad es autolimitada y después de 4 semanas en promedio el paciente se recupera del todo.
La viruela símica es una enfermedad similar a la viruela, el periodo de incubación de la enfermedad (desde el contagio al inicio de los síntomas) es de 4 a 21 días. La infección se puede dividir en dos fases, el periodo de invasión (de 0 hasta 5 días) se caracteriza por dolor de cabeza, fiebre, dolor de espalda, dolor muscular, cansancio intenso, dolor de cabeza severo, faringitis, sudoración abundante, malestar general y agrandamiento de ganglios linfáticos; en la segunda fase (de 1 a tres días) aparecen erupciones en la piel, empezando a manifestarse en la cara y después en el resto del cuerpo.
Las erupciones evolucionan de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (lesiones firmes ligeramente elevadas), vesículas (lesiones llenas de líquido claro), pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) y costras que se secan y se caen.
La viruela símica es endémica de África central y occidental, y es causada por el virus llamado igual que la enfermedad: virus de la viruela símica; se trata de un virus de doble cadena de ADN, perteneciente al género Orthopoxvirus, y a la familia Poxviridae. Éste fue aislado por primera vez en 1958 de monos destinados a investigación, que enfermaron cuando eran transportados de Singapur a Dinamarca; sin embargo el primer caso confirmado en humanos fue en 1970 en un niño de la República Democrática de Congo de quien se sospechaba padecía viruela.
Es importante aclarar que el reservorio de este virus, parece ser un roedor, no el mono. Estudios realizados en Nigeria, muestran que del 2010 al 2019, el número de casos se incrementó 10 veces y los pacientes ya no eran mayoritariamente niños, sino adultos jóvenes, lo cual podría estar relacionado con la suspensión de la vacuna contra viruela, que proporcionaba inmunidad cruzada contra la viruela símica. Los casos más recientes registrados fuera de África ocurrieron en el Reino Unido y Singapur, en 2019.
A principios de mayo (2022) se reportaron casos de viruela símica fuera de África, principalmente en el Reino Unido, Portugal y España; hasta el 30 de mayo, se han reportado 555 casos en 24 países, pero afortunadamente no se han registrado muertes.
En México se informó el primer caso de viruela símica el 28 de mayo en CDMX; se trata de una persona de 50 años, residente de New York, quien posiblemente contrajo la enfermedad en Holanda [6].
La mortalidad reportada para el virus que causa la enfermedad en África central, es del 11% mientras que para el occidental es del 4%. Al parecer, por los resultados preliminares, los virus de la viruela símica que se están obteniendo y analizando a partir de los pacientes recientemente infectados, son más parecidos a los del grupo de África occidental.
Los investigadores alrededor del mundo no pueden aún asegurar que el virus responsable de los brotes recientes tenga cambios genéticos importantes que le confieran propiedades biológicas para infectar o diseminarse más exitosamente.
A diferencia de lo que ocurre con la COVID-19, una persona sospechosa de cursar con una infección por el virus de la viruela símica es fácilmente identificable por las lesiones características de la piel, por lo que su aislamiento preventivo, atención y observación previenen la diseminación del virus hacia otras personas.
Por el momento no debería ser este virus un motivo de preocupación, pero debemos estar alertas y observar las medidas generales de higiene como lo hemos venido haciendo para cuidarnos del SARS-CoV-2, lo más importante, la buena higiene de manos, y evitar el contacto con personas que manifiesten alguna lesión cutánea.
Brenda Sofía Carona Baza es estudiante del 9º semestre de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Puebla y estudiante visitante, Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP.
Ma. del Rocío Baños-Lara es Química-Farmacobióloga por la BUAP, Maestra en Ciencias Microbiológicas por la BUAP, y Doctora en Ciencias Bioquímicas por la UNAM. Actualmente es profesora-investigadora de la facultad de Medicina de la UPAEP y es directora del Centro de Investigación Oncológica Una Nueva Esperanza-UPAEP. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt (Nivel I), y es miembro de la Sociedad Mexicana de Virología y de la Sociedad Americana de Virología.