En medio de un panorama de transición política, México enfrenta una serie de desafíos económicos significativos y la sociedad mexicana, inversionistas y mercados, están a la expectativa de las posibles repercusiones económicas con la llegada del nuevo gobierno, señaló Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor investigador de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP.
Subrayó que es esencial que el gobierno actual y el entrante demuestren un mayor compromiso con el Estado de Derecho, incluyendo la independencia del Poder Judicial. La estabilidad económica que México ha mantenido en los últimos años no debe ponerse en riesgo por decisiones impulsivas. Debemos recordar que la estabilidad económica cuesta años en construirse y puede desmoronarse rápidamente con declaraciones y acciones imprudentes. La prudencia y el compromiso con la transparencia y la justicia son clave para mantener la confianza de los inversionistas y asegurar un futuro próspero para México.
Chávez Capó señala que nos encontramos en un momento crucial. «El cambio de gobierno llegará en unos meses, y durante este periodo, el gobierno actual aún tiene la capacidad de realizar modificaciones normativas importantes», comenta. La transición entre administraciones siempre es un momento de ajuste para los mercados financieros y la economía en general.
Dijo que la legitimidad del próximo gobierno es un tema central. «La candidata del Partido Morena obtuvo casi 35.9 millones de votos, lo que le da una fuerte legitimidad», indicó Chávez Capó. Esta legitimidad podría permitirle al nuevo gobierno impulsar reformas constitucionales significativas, algunas de las cuales incluyen cambios en el Poder Judicial y la gestión del Instituto Nacional Electoral (INE).
Manifestó que la estabilidad económica es una prioridad tanto para el gobierno saliente como para el entrante. «Uno de los principales objetivos del gobierno actual ha sido la estabilidad del tipo de cambio», explica. Sin embargo, los mercados financieros reaccionan anticipadamente a cambios políticos y sociales, lo que puede generar volatilidad. Por ejemplo, «tras las elecciones, el tipo de cambio sufrió una depreciación del 9% en pocos días debido a la incertidumbre sobre posibles reformas constitucionales».
Refirió que la elaboración del Presupuesto de Egresos será un reto crítico para el nuevo gobierno. Actualmente, México enfrenta un déficit equivalente al 5.8% del PIB. Este déficit implica la necesidad de financiamiento adicional, lo que resalta la importancia de una política fiscal prudente y eficaz.
El crecimiento económico es otra área de enfoque. México ha crecido en promedio un 1.1% anual, aunque se espera un crecimiento del 2.16% para este año, señala. Sugiere que el país debe aprovechar oportunidades como el «Nearshoring» para atraer inversiones extranjeras, especialmente en un contexto de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
Recordó que la situación de Pemex es particularmente preocupante. «Pemex debe aproximadamente 100,000 millones de dólares y su producción ha disminuido», advierte. Mejorar la eficiencia de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será crucial para asegurar ingresos fiscales y la estabilidad energética del país.
Agregó que la tasa de desempleo es baja, pero la informalidad es alta. «El 69% de la población económicamente activa en Puebla trabaja en la economía informal», lo cual reduce la recaudación fiscal y plantea desafíos para la formalización del empleo.
El manejo de la inflación es otro desafío. La inflación anualizada se sitúa en 4.69%, lo que afecta el poder adquisitivo de la población. La política monetaria deberá enfocarse en mantener la inflación bajo control para proteger la economía doméstica, explicó el académico.
El especialista de la UPAEP subrayó la importancia de la prudencia en las declaraciones y acciones de los actores políticos. «La economía puede verse afectada significativamente por declaraciones impulsivas», concluye. La coordinación entre el gobierno actual y el entrante será vital para asegurar una transición ordenada y mantener la estabilidad económica en México.
La capacidad de adaptación y la preparación técnica de nuestros trabajadores son factores clave para atraer inversiones. Las plantas automotrices en México, por ejemplo, no solo están aquí porque es más barato, sino porque los trabajadores mexicanos tienen una alta capacidad de adaptación y habilidades comparables a las de otros países. Si se mejora la educación, podemos seguir siendo una opción atractiva para la inversión.
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