La Facultad de Arquitectura de la UPAEP está llevando a cabo un ambicioso proyecto, la construcción del Centro Cívico Religioso en San José Zahuatlan, Tepeaca. Esta iniciativa marca la fase inicial de un proyecto arquitectónico que no solo beneficiará a la comunidad local, sino que también es parte de un esfuerzo continuo de la universidad por colaborar y apoyar a diversas comunidades a través de proyectos de impacto social.
Adán Hernández Gómez, Director de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP, destacó el desarrollo de esta obra y la importancia de la participación estudiantil en su realización. «Este proceso comenzó en otoño de 2023, cuando 284 estudiantes se involucraron activamente en la creación de propuestas para el Centro Cívico Religioso», comentó. «Se desarrollaron varios proyectos que fueron revisados por la comunidad y representantes locales, hasta llegar a una selección final de tres o cuatro propuestas».
Hernández Gómez explicó que, aunque se seleccionaron varias ideas de diferentes proyectos, no todas provienen de una única fuente. «El proceso de diseño y desarrollo de los anteproyectos permitió que los estudiantes ajustaran y perfeccionaran sus propuestas, logrando un proyecto final que aún debe ser complementado con la parte ejecutiva y otros detalles técnicos», añadió.
El Centro Cívico Religioso representa más que solo una obra arquitectónica; es una colaboración entre la universidad y la comunidad local. «La relación que hemos construido con las comunidades, brindándoles confianza para acercarse con sus necesidades y propuestas, ha sido clave para el éxito de este tipo de proyectos», afirmó el director. «Para nosotros, es gratificante ver cómo los estudiantes aplican su formación académica en proyectos que tienen un impacto tangible en las comunidades».
Adán Hernández también enfatizó la importancia de la educación en proyectos sociales como este, donde los estudiantes no solo aprenden el proceso técnico de diseño y construcción, sino que también experimentan de primera mano la interacción con la comunidad y profesionales de la arquitectura. «Este proyecto nos permite no solo cumplir con nuestros objetivos académicos, sino también fortalecer lazos con la comunidad. Los estudiantes no solo diseñan; ellos ven cómo sus ideas se materializan y cómo pueden contribuir al bienestar de otros», destacó.
Expresó su agradecimiento a las comunidades que han confiado en la Facultad de Arquitectura de la UPAEP para desarrollar proyectos que responden a sus necesidades. «Nuestra facultad ha sido reconocida por su enfoque social y por apoyar proyectos comunitarios, y seguiremos trabajando en esta línea. Estamos abiertos a recibir nuevas propuestas y a brindar orientación y apoyo para que más comunidades puedan beneficiarse de estos esfuerzos», concluyó.
El Padre Juan Martínez, Vicario de la parroquia de San Francisco de Asís en Tepeaca y encargado de la comunidad de San José Zahuatlan, destacó la importancia de esta obra durante la conferencia de prensa. Agradeció profundamente a la UPAEP y a la Facultad de Arquitectura por el apoyo brindado en todo el proceso. «Es un gusto estar aquí, sobre todo para agradecer a la institución y a quienes han hecho posible este proyecto, en especial a la doctora Verónica Orozco, quien fue el vínculo inicial para que se diera esta colaboración entre la comunidad y la universidad», expresó el Padre Juan Martínez.
El proyecto comenzó hace un año y ha involucrado un esfuerzo conjunto entre la UPAEP, la comunidad de San José Zahuatlan, y la Iglesia. «Ha sido un proceso que no ha sido fácil, pero ha contado con la participación de estudiantes, profesores, arquitectos, y la comunidad eclesiástica», subrayó el Padre Martínez. «Este centro religioso será un lugar donde se celebrará nuestra fe, donde la feligresía se reunirá para vivir el amor que es la Eucaristía».
Además de ser un espacio religioso, el proyecto tiene un impacto más amplio en la comunidad. El arquitecto Fernando Rodríguez Concha, profesor de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP, otro de los involucrados en el proyecto, mencionó que este centro tiene el potencial de ser un catalizador para el desarrollo social y cívico de San José Zahuatlan. «Este proyecto es detonante. No solo será una capilla, sino que se espera que en el futuro se convierta en una parroquia completa. También se planean otros espacios dentro del centro, que servirán a la comunidad para actividades cívicas y sociales», explicó Rodríguez Concha. «La enorme explanada frente al centro cívico religioso y la bellísima ex hacienda que posee la comunidad son también parte de una serie de proyectos que esperamos sigan desarrollándose».
El Centro Cívico Religioso será un espacio multifuncional, diseñado para integrar las actividades religiosas y civiles de la comunidad, fortaleciendo la cohesión social y el sentido de pertenencia en San José Zahuatlán. Para la UPAEP, este proyecto también representa una oportunidad educativa y formativa para sus estudiantes, quienes, bajo la guía de profesionales de la arquitectura, han podido aplicar sus conocimientos en un proyecto real con impacto social.
El proyecto arquitectónico del Centro Cívico Religioso en San José Zahuatlan, Tepeaca, liderado por la Facultad de Arquitectura de la UPAEP, continúa avanzando con el respaldo y participación activa de la comunidad local, asentó Freddy Cotto, Presidente del Comité Pro-construcción, compartió su visión sobre el impacto de esta obra y la importancia de la colaboración entre la universidad, los arquitectos y la comunidad.
Freddy Cotto inició su intervención con un agradecimiento a la UPAEP: “Antes que nada, mucho agradecimiento de parte de la comunidad para la universidad. Nos han echado la mano de la mejor manera posible, y creo que todos en este equipo, incluyendo a la comunidad, los arquitectos y el padre, tenemos una función importante para llevar a cabo esta obra”.
El proyecto ha involucrado un proceso participativo desde sus inicios, en el cual la comunidad ha tenido un papel fundamental en la toma de decisiones. Cotto explicó cómo se organizaron para seleccionar las propuestas arquitectónicas presentadas por los alumnos y profesores de la UPAEP. «Platicamos junto con la comunidad, se eligieron las propuestas, acudieron los arquitectos, y la misma comunidad fue quien eligió lo que hoy está en proceso de construcción», comentó.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la unión entre el esfuerzo comunitario y el conocimiento técnico proporcionado por los arquitectos y estudiantes de la UPAEP.
El Comité Pro-construcción, conformado por más de veinte personas, ha estado al frente de la organización y coordinación de los trabajos, manteniendo una estrecha relación con los arquitectos y el personal técnico de la UPAEP. Cotto también destacó el apoyo constante que han recibido por parte de los arquitectos, quienes visitan la obra semanalmente para supervisar el progreso y asegurar que todo se realice correctamente.
Durante su intervención, Rodríguez Concha subrayó que este proyecto no solo es una oportunidad para que los estudiantes apliquen sus conocimientos técnicos, sino que también forma parte de una educación más consciente y comprometida con los problemas sociales: “Nos corresponde, por la Facultad de Arquitectura, formar a los muchachos en esta toma de conciencia de que hay problemas sociales que se tienen que resolver arquitectónicamente, con talento y generosidad. La dirección nos encargó los primeros trabajos, los presentamos a la comunidad y, en varias convivencias, conocimos sus vibraciones y necesidades».
El arquitecto también agradeció el compromiso de los estudiantes que han seguido de cerca la evolución del proyecto, muchos de los cuales continúan involucrados en la construcción y desarrollo de la obra. “Nos han acompañado generosamente dos estudiantes que, hasta el momento, están interesados en la evolución del proyecto y en la construcción”, añadió.
Agustín Aizpuru, responsable del proyecto ejecutivo y de la supervisión de la construcción, compartió detalles sobre el proceso y las expectativas de esta significativa obra.
Aizpuru destacó que la construcción está siendo ejecutada directamente por la comunidad, lo cual refleja un esfuerzo colectivo y una muestra de auto-gestión. «Yo realmente estoy invitado por el Comité, por el padre y por Fernando Rodríguez, a hacer el proyecto ejecutivo y ayudar en la supervisión de la construcción, pero no estoy construyendo. La comunidad misma escogió a sus maestros albañiles y carpinteros, que lo están haciendo muy bien», mencionó. Aizpuru enfatizó que su rol es de supervisión y apoyo técnico, asegurándose de que los elementos estructurales estén correctamente ejecutados cuando la comunidad lo solicita.
El proyecto, que incluirá una iglesia con capacidad para más de 400 personas, ha sido diseñado tomando en cuenta las necesidades y expectativas de la comunidad. En este sentido, Aizpuru explicó la diferencia entre el anteproyecto y el proyecto ejecutivo: «El anteproyecto es la idea, que es lo importante; el proyecto ejecutivo nos dice ya las dimensiones de la cimentación, de las ventanas, de las columnas. Es un trabajo más técnico, pero esencial para que la obra avance correctamente.»
Con dimensiones de aproximadamente 40 por 20 metros, el espacio total del edificio será de más de 700 metros cuadrados. La iglesia estará destinada no solo a actos religiosos, sino también a eventos comunitarios. Aizpuru mencionó que además de la iglesia, el proyecto contempla la construcción de una casa parroquial y aulas, aunque estas últimas fases aún están pendientes, ya que el enfoque inicial está en terminar la iglesia.
El avance de la obra ha sido posible gracias a la dedicación y cooperación de los habitantes de San José Zahuatlan, quienes, como señaló el Arq. Aizpuru, han mostrado una gran disposición desde el inicio del proyecto. Este nivel de compromiso, sumado a la supervisión técnica y la guía del equipo de la UPAEP, ha sido clave para lograr el progreso hasta ahora.
La construcción del Centro Cívico Religioso en San José Zahuatlan, Tepeaca, no solo representa un proyecto arquitectónico significativo para la comunidad, sino también una invaluable experiencia formativa para los estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP. Luis Eduardo Flores Nava, uno de los estudiantes que ha participado activamente en esta obra, compartió sus reflexiones destacando el valor educativo y humano que ha aportado el proyecto.
Flores Nava explicó que ser parte de un proyecto real y de gran envergadura como este ha sido una experiencia transformadora para él y para sus compañeros. «Ha sido una gran experiencia participar en este proyecto ya que, como estudiante, tienes la oportunidad de realizar proyectos que realmente se van a concretar», mencionó, subrayando la relevancia de este tipo de iniciativas para la formación de los futuros arquitectos.
Para Luis Eduardo, el reto no solo ha sido técnico, sino también social y humano. «Todo este camino ha sido de mucho aprendizaje para mí, porque te empiezas a empapar de lo que realmente implica realizar un proyecto arquitectónico de esta complejidad», comentó, destacando la importancia de vincularse con la comunidad para comprender sus necesidades. «Ha sido muy grato entablar amistades y conversaciones con el pueblo, conocer lo que realmente necesitan y lo que es importante para ellos.»
La participación de los estudiantes de la UPAEP en esta iniciativa es una muestra del compromiso de la institución por integrar a los jóvenes en proyectos reales, donde pueden aplicar los conocimientos adquiridos en el aula y contribuir activamente a mejorar el entorno social. Con la guía de sus profesores y el apoyo de la comunidad, estos estudiantes están dejando huella en la construcción de un espacio que servirá tanto para la oración como para la cohesión social en San José Zahuatlan.
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