Las tareas de reproducción fueron enviadas al espacio privado y son sostenidas por el sexo femenino, señala investigadora.
Las políticas de desarrollo del modelo neoliberal que aumentaron la carga de trabajo de las mujeres, y que estas ya no quieren establecer con los varones el mismo tipo de relación emotiva que construyeron las generaciones pasadas, son parte de esa multicausalidad que ha acrecentado la violencia machista que actualmente aqueja a la sociedad, en especial al sexo femenino, señaló Raquel Gutiérrez Aguilar, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP.
La académica del posgrado en Sociología del ICSyH explicó que aunque tradicionalmente la estructura social establece que las mujeres son las que se hacen cargo de manera privada de la crianza de los hijos y del trabajo doméstico, a partir del modelo neoliberal esta carga se agudizó enormemente, ya que desaparecieron albergues o estancias donde ellas se apoyaban para las labores familiares, situación que les causa malestar y frustración.
“Este modelo, en todos estos años, lo que hizo fue generar condiciones muchísimo más malas para las guarderías y para todos los trabajos de cuidado al interior de la unidad doméstica, de tal manera que ahora muchas familias tienen que cuidar al abuelo o tienen que estar haciéndose cargo de muchas más cosas”, señaló. Todas esas tareas de reproducción que el neoliberalismo vuelve a arrojar al espacio privado van a ser desarrolladas y sostenidas básicamente por mujeres, con el apoyo, muy esporádico, de los hombres, agregó la doctora Gutiérrez Aguilar.
Al mismo tiempo –dijo- “existe una sensación de malestar muy grande entre los varones jóvenes, que cada vez entienden menos a las mujeres y no saben cómo confrontar esa situación; de igual manera les causa enojo el que las muchachas quieran decidir por ellas mismas los ámbitos emotivos de la relación de pareja”.
“Lo que pasa ahora es un asunto complejo, conformado de malestares patriarcales, del neoliberalismo, de esta recarga de tareas en las unidades domésticas que recaen sobre las chicas, que ya no quieren establecer el tipo de relación con los varones que establecieron sus madres. Ese es un coctel explosivo”, enfatizó.
La investigadora del ICSyH indicó que el gran problema de la violencia social que aqueja al país, que afecta más a las mujeres, pero que tampoco deja indemne al hombre, se gestó a fuego lento por esa multicausalidad de problemáticas, por lo que ahora ellas buscan poner el fenómeno en la palestra pública para reequilibrar unas muy añejas y malsanas relaciones de poder que permiten que unos violenten a otros.
“Como sociedad nos tenemos que hacer cargo, y por supuesto las mujeres, que somos las que más lo sentimos en carne propia, en estos momentos estamos tratando de ponerlo en el tapete de la vía de lo público como podamos, aunque muchas veces sintiendo bastante desprecio de instituciones o colegas. Pareciera como si cosas que se están denunciando fueran del orden menor, a lo cual hay que estar siempre preguntando: ¿qué harías si fuera tu hija?”