Una celebración presente en México, España, Argentina, Bolivia, Chile y Perú, y que recupera la imagen del Niño Dios y la Virgen de la Candelaria, llega cada 2 de febrero con tamales, atole y una celebración eucarística que busca recuperar la importancia de las infancias en la sociedad.
El Día de la Candelaria se conmemora 40 días después de la Navidad, en la que se conmemora el momento en que la Virgen recibe la bendición después de dar a luz al Niño Dios, quien también es bendecido y venerado en esta celebración. Si bien el enfoque de la celebración cambia en cada país, Jesús en su imagen infantil es el centro de las celebraciones mexicanas.
La tradición comienza desde el 6 de enero, cuando se comparte la rosca de Reyes con los seres queridos y salen las figurillas de Niño Dios en algunos pedazos. De esa forma, quienes tengan la figura deberán compartir tamales y bebidas calientes —usualmente atole— el Día de la Candelaria, en la que se venera la imagen del pequeño Jesús.
El Mtro. Conrado Zepeda Miramontes, SJ, académico del Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla, invita a recordar la importancia de las niñas y los niños a través de esta celebración. Si bien se venera la imagen del Santo Niño, también es un llamado a la protección y cuidado de los corazones más jóvenes, que son el futuro del mundo convulso en que se desenvuelven.
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