Cambios abruptos de peso, acné, infertilidad, menstruaciones anormales, resistencia a la insulina. Estos son algunos de los síntomas que 6 de cada 10 mujeres en México padecen a causa del síndrome de ovario poliquístico —también llamado SOP, por sus siglas—.

Los últimos sondeos nacionales de la prevalencia de esta enfermedad fueron en 2017, y desde entonces no hay una estimación real sobre este padecimiento en México. Sin embargo, 4 talentos de la IBERO Puebla descubrieron que la prevalencia del SOP ha aumentado de 15 a 20 puntos porcentuales desde el estudio realizado hace seis años.

Fue a raíz de una investigación documental y estadística que Alejandro Dávila Nájera, Valeria Arteaga Barrera, José Hernández García y Francisco Ramírez Ramos, estudiantes de séptimo semestre de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, decidieron hacer un producto que no solo mejorara la calidad de vida de las pacientes con SOP, sino que les diera una alternativa accesible y natural para atender su padecimiento.

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“La unión entre nutrición clínica y ciencia de los alimentos hace que te prepares mucho más como profesional, y siento que es algo que distingue mucho a la IBERO Puebla”: Valeria Arteaga __________________________________________________________________________________________________

Kombu SOP es una kombucha —bebida fermentada— adicionada con inositol, un compuesto orgánico derivado de la vitamina B8, que tienen un efecto insulinosensibilizante, lo que combate de manera directa uno de los síntomas más complejos del SOP: la resistencia a la insulina.

En un tratamiento farmacológico tradicional, las pacientes son medicadas con pastillas anticonceptivas y metformina, producto indicado para combatir la resistencia a la insulina que afecta fuertemente la salud intestinal de las pacientes por sus efectos secundarios.

Como desarrolló Valeria Arteaga, a esto se suman los efectos de una vida acelerada y poco saludable, lo que provoca que las pacientes “no tengan suficiente energía, no tengan buena absorción de los nutrimentos; que sus microorganismos negativos, por llamarlos de alguna forma, están en una mayor cantidad que los que son benéficos para el organismo. Ahí viene un problema que se llama disbiosis”.

Esta afectación genera malestares como diarrea, distención abdominal, flatulencias, metabolismo lento. Es ahí donde la kombucha genera beneficios gracias a su riqueza en probióticos, que son los encargados del cuidado de la flora intestinal, y mejoran la salud mental de las pacientes, que también padecen de depresión por los desequilibrios hormonales e intestinales.

“Las pacientes ya tienen problemas de salud con el síndrome de ovario poliquístico, como obesidad resistencia a la insulina, depresión… auméntale otros padecimientos que vienen de un medicamento que en teoría les debería de ayudar, pues necesita haber alguna otra solución para eso”, explicó Alejandro, que hoy está orgulloso de poder mostrar su producto.

Si bien el proyecto nació del talento y dedicación de este grupo de estudiantes, el equipo reconoce que el profesorado, las instalaciones y el acompañamiento que le brindó la IBERO Puebla fue clave para que llegaran al resultado final.

“Esa facilidad que te da la Universidad de desarrollar los productos, y esa facilidad de los profesores de ayudarte […]. En general lo bello de nosotros es que siempre vas a encontrar a alguien que te va a querer ayudar, y cuando vas avanzando en los semestres, ese compañerismo se va reforzando”.

Los cuatro estudiantes coinciden en eso: en la IBERO Puebla el compañerismo y la unión llevan a alcanzar el mayor potencial, siempre en servicio de la comunidad y bajo la convicción de que mejorar al mundo es posible.

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Foto: Especial

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