La interpretación, cortesía del Ensamble IBERO Puebla, fue grabada en video y proyectada en las pantallas con la intención de dar a conocer el proyecto y compartir el trabajo.
Durante los primeros meses del año, caminar por la Lonja Xavier Cacho, S.J. o pasar un momento en el Ágora —área de esparcimiento predilecta para la Comunidad IBERO Puebla— implicaba escuchar la Marcha imperial de manera reiterada. Muchas personas sonreían al reconocer el emblemático tema de Star Wars entre corredores: le restaba solemnidad a un espacio tan lleno de vida como es un campus universitario.
La interpretación, cortesía del Ensamble IBERO Puebla, fue grabada en video y proyectada en las pantallas con la intención de dar a conocer el proyecto y compartir el trabajo de sus integrantes.
Desafortunadamente, la crisis sanitaria ha puesto en pausa los ensayos y apagado las pantallas gigantes en espacios en los que, sin su fuerza vital, la única melodía es el trino de las aves.
Emilia de la Vega Caamaño estudia la Licenciatura en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable. Con ocho años de formación en percusiones clásicas, se enteró del Ensamble IBERO Puebla gracias a las citadas pantallas.
Desde su ingreso a la Universidad hace un año, se integró al proyecto con el fin de seguir desarrollando sus habilidades. “Es un ambiente muy bonito. El profesor es una persona muy atenta, siempre se ha preocupado por nosotros y busca piezas que nos gusten o nos interesen”.
De manera interna, el Ensamble IBERO Puebla se posicionó en el imaginario interno con el tema de John Williams. Su repertorio ha abarcado composiciones para películas y series como Interestelar y Juego de Tronos, así como piezas de la época clásica de artistas como Beethoven y Bach. Recientemente, se llevó a cabo un recital sin precedentes en el que se interpretó el tema principal de Piratas del Caribe de Klaus Badelt de manera remota. Pero mucho tuvo que ocurrir para llegar a ese momento.
Somos seres complejos.
Nuestra realidad supone tantas parcelas que una sola vida no nos alcanza para conocerlas todas. Esto restringe a muchas personas de encontrar el vínculo entre dos ramas del saber que parecerían opuestas: Pocos son los que se atreven a ir más allá.
En alguna ocasión, el físico Albert Einstein dijo: “Puedo ver mi vida en términos de música y de ella saco gran parte de mi alegría”. El Mtro. José Manuel Neves Brito era consciente de esto.
Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica y maestro en Ingeniería de Calidad, el académico del Departamento de Ciencias e Ingenierías la Universidad Jesuita siempre tuvo un cariño especial por la música. Su afinidad con otros colaboradores lo llevó a fundar un trío musical universitario que se mantuvo activo entre 2003 y 2014.
Tras la jubilación de dos integrantes fundadores, inició el reclutamiento de estudiantes para lo que comenzaba a constituirse como un colectivo musical. Fue en 2017 que el proyecto se formalizó a petición del entonces Rector de la IBERO Puebla, el Dr. Fernando Fernández Font, S.J.
“Se hizo la propuesta de que cualquier integrante de la Comunidad IBERO Puebla pueda participar, por lo que hemos tenido presentaciones con alumnos y profesores de asignatura”, recuerda el director. Actualmente, 12 estudiantes integran el Ensamble IBERO Puebla.
También colabora una maestra de asignatura en la Licenciatura en Arte Contemporáneo con formación como cantante soprano. Del mismo modo, una egresada, quien formó parte del proyecto desde sus inicios, sigue interpretando el violonchelo en la agrupación.
Entre amigos
Al interior del Ensamble IBERO Puebla todas y todos participan en la toma de decisiones. Los días y horas de ensayo son de común acuerdo con base en la disponibilidad de cada quién. Se juntan dos o tres veces por semana, particularmente los viernes y algunos sábados. Los músicos practican por secciones para pulir detalles, pero, al final del día, todo el mundo convive alegremente.
Para José David Díaz Domínguez, estudiante de la Licenciatura en Ingeniería Biomédica, la unión ha sido clave para aprender unos de otros en diferentes aspectos, no solo en lo musical.
La convivencia entre perfiles heterogéneos ha propiciado que se vean a sí mismos como un grupo de amigos. “Después de la última presentación que tuvimos organizamos una comida en la que invitamos al profe y le pagamos los platillos. Dijimos: ‘Usted nos ha enseñado bastante, ahora nos toca agradecerle’”, recuerda.
Pese a que para formar parte del Ensamble IBERO Puebla es requisito contar con formación musical y saber leer partituras, el apoyo entre compañeros permite que los procesos de aprendizaje y adaptación sean armónicos e integrales. Bien lo dice Emilia: “Es importante que los músicos se sientan relacionados o sientan pasión al tocar”. Orquesta a distancia .
En la vida universitaria, uno de los momentos más esperados es el ciclo de muestras de Talleres Artísticos. Durante una semana, todas las actividades culturales ofrecen una exhibición de sus trabajos más sobresalientes.
Para el Ensamble IBERO Puebla, la oportunidad de interpretar una suite de temas de Piratas del Caribe al interior del campus estaba programada para el 11 de mayo. Pero henos aquí. “Nuestros ensayos son presenciales. No es algo que puedas hacer en línea por cuestiones de acústica. Teníamos el concierto de primavera en puerta…
Nos estábamos preparando para ello cuando todo ocurrió”, comenta Erandi Alejandra Yescas Lechuga, alumna de segundo semestre de la Licenciatura en Comunicación, quien, al igual que Emilia, ha vivido el cierre de su primer año universitario con especial inquietud. El Mtro. Neve Brito reconoce que no sabía a ciencia cierta cuánto tiempo duraría la emergencia sanitaria.
La información se actualiza a cada instante y las especulaciones crecen con el pasar de los días. Por ello, la primera medida ante la incertidumbre fue no abandonar la práctica.
Con el semestre a medio transitar, el plan consistía en incluir material interpretado anteriormente en el repertorio nuevo. Al final, se optó por compartir una pieza lo suficientemente dominada por todo el grupo.
Artistas de múltiples disciplinas, géneros y estilos han optado por la producción colectiva estilo rompecabezas: piezas individuales que se concatenan para formar productos innovadores.
El proceso, relata José David, consistió en la grabación de una pista base que cada músico escucharía para guiarse. Con unos compases antes del inicio, se dictaba el tempo para la obertura. Cada integrante grabó su parte desde su recámara o sala de ensayos, envió el resultado al director y este realizó el montaje.
¿El resultado? Quince músicos interpretando He’s a Pirate de manera asíncrona y remota. El video formó parte de una serie de dinámicas que Talleres IBERO Puebla llevó a cabo para que las Comunidad Universitaria pudiera mostrar cómo la creatividad se antepone a la incertidumbre. La música es un escape de la cotidianidad en tiempos en los que hemos invadido nuestro propio espacio privado.
Erandi ha visto en su violín la oportunidad de aliviar el estrés y darle un poco de normalidad al encierro a través de la constancia. “Me interesa difundir el Ensamble en la vida universitaria.
Las y los alumnos debemos tener diferentes medios para expresarnos y complementar nuestras actividades”, dice. Emilia, melómana por naturaleza, ha aprovechado el tiempo libre para explorar música nueva y crear sus propias composiciones.
Ve con ilusión la posibilidad de compartir el trabajo del Ensamble IBERO Puebla con más gente. “Me gustaría que podamos seguir creando música juntos e incorporar nuevos instrumentos.
Para ello, es necesario que la gente nos conozca y sepa que puede formar parte de esto”. Emilia, melómana por naturaleza, ha aprovechado el tiempo libre para explorar música nueva y crear sus propias composiciones. Ve con ilusión la posibilidad de compartir el trabajo del Ensamble IBERO Puebla con más gente.
“Me gustaría que podamos seguir creando música juntos e incorporar nuevos instrumentos.
Para ello, es necesario que la gente nos conozca y sepa que puede formar parte de esto”.