El 7 de agosto de 2014 Brasil quedaba fuera del Mundial de fútbol con un degradante marcador de 7 goles a 1 ante la selección de Alemania.


Rogério Micale, entrenador de la selección de Brasil Sub 23 de 2015 a 2016, platicó con estudiantes de la Universidad de las Américas Puebla, sobre cómo fue el proceso de restaurar la mentalidad de un equipo apabullado, gracias a una derrota internacional; para volverlo a acostumbrar al éxito y conseguir la primera medalla de oro en Juegos Olímpicos para el fútbol brasileño.

El 7 de agosto de 2014 Brasil quedaba fuera del Mundial de fútbol con un degradante marcador de 7 goles a 1 ante la selección de Alemania. Acción que ponía en expectativa lo que se podía hacer para los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, pero para Rogério Micale era una oportunidad de enfocarse en la preparación física hacia el evento y su tarea más grande era trabajar el aspecto mental durante todo el ciclo.

“La trayectoria no fue fácil, tuvimos una preparación principalmente psicológica muy fuerte, una fuerza mental para que la gente pudiera soportar toda la presión de 200 millones de personas en Brasil”, expresó el técnico durante la plática que tuvo en su mayoría de audiencia a Aztecas UDLAP de soccer.

Después de entender que la semifinal de dos años atrás era historia, el equipo amazónico fue sorteando la fase de grupos, los cuartos de final, la semifinal, hasta llegar a la final donde se volverían a enfrentar con un representativo germano. Obviamente los recuerdos volverían y por tanto el cuerpo técnico estudió mucho al rival, sus puntos fuertes y débiles, incluso el estratega comentó a los presentes que no durmió la noche previa, estaba muy tenso y no hubo mucho tiempo para otras cosas que no fueran ese partido.

“Alemania se tornó en un grande fantasma, nosotros no podíamos perder nuevamente porque había una presión incontrolable del pueblo brasileño, no sólo sobre los jugadores, también en los entrenadores”, aseguró.

Todavía antes de empezar el juego, el entrenador Micale refirió que tuvo otro inconveniente a tratar, que sus jugadores se mentalizaran en los 90 minutos que tenían enfrente, dejarán afuera los elogios que recibían de aficionados e idealizaran que más haya de ganar un metal dorado, la victoria representaría mucho para un país.

“En una selección brasileña no tenemos que cuidar el aspecto motivacional, porque existe una externa muy grande, los jugadores son idolatrados por el pueblo y muchas veces eso no nos hace bien, por lo contrario tenemos que tirar ese factor para que la gente se pueda enfocar en ese objetivo”, añadió.

La plática organizada por la Universidad de las Américas Puebla se abrió a que los asistentes pudieran hacer preguntas, siendo tres los tópicos más atractivos: dirigir a Neymar, para Micale no fue tan difícil debido a que es un atleta profesional, responsable y que cumplió con lo que se le pidió. Su sentir por la medalla de oro, un título que se la había negado a Brasil en toda su historia y del cual refirió su felicidad de poder contribuir a su país.

Del secreto para ganar, dijo que es mucho trabajo, una idea de juego, aprovechar al máximo las características de cada jugador brasileño y apegarse al ADN futbolístico brasileño, sin querer copiar alguno estilo. Antes de despedirse, Rogério Micale agradeció la oportunidad de la plática a su amigo Albeni Sabino Pinheiro, coach de soccer de la UDLAP, quienes fueron compañeros en el equipo de Londrina en Brasil.

De igual forma aseguró que le gustaría estar pronto en la UDLAP y dio un mensaje a la Tribu Verde para seguir esforzándose en sus estudios, en los momentos de competición estar siempre concentrados, con disciplina, entrega, determinación y seriedad.

“Quien quiere llegar a un alto nivel no puede hacer las cosas en un aspecto superficial, las tenemos que hacer de la mejor forma posible”, expresó.

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