El proyecto de académicos y estudiantes de la Facultad de Arquitectura quedó entre los cuatro mejores a nivel mundial
El proyecto “Maquetas táctiles para niños con ceguera y debilidad visual”, desarrollado por académicos y estudiantes de la Facultad de Arquitectura de la BUAP, obtuvo el Premio Internacional de Buenas Prácticas 2020, otorgado por la Design for All Foundation, una entidad que reconoce los esfuerzos de empresas, entidades, administraciones y profesionales de todo el mundo, para demostrar que la aplicación del diseño contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas.
En esta décima edición, participaron 19 proyectos reconocidos como buenas prácticas, de estos dos representaron a México y el propuesto por la BUAP quedó entre las cuatro “Mejores Prácticas” a nivel mundial (Suecia, Austria, España y México). Además, se entregaron siete menciones especiales.
La propuesta galardonada en la categoría “Proyectos, propuestas, metodologías y estudios” consiste en proponer un proceso tecnológico de accesibilidad al patrimonio cultural en entornos urbanos y arquitectónicos, para niños con discapacidades visuales, mediante la fabricación de dos modelos hápticos impresos con tecnología digital 3D. Para ello, se elaboró una maqueta del templo de San Antonio, en colaboración con el FabLab Ibero Puebla, y un plano cartesiano de 90 manzanas del Centro Histórico de la ciudad, con ayuda del Laboratorio de Tecnologías 3D de la Facultad de Arquitectura de la Institución.
Este proyecto fue desarrollado por los doctores Adriana Hernández Sánchez y Christian Enrique de la Torre Sánchez, y los alumnos Luis Gerardo Córdova Moreno, Francisco Javier Vázquez y Jesús Manuel Mejía Sánchez, quienes a su vez integran el grupo Re Genera Espacio.
La doctora Adriana Hernández expresó que con estas herramientas el usuario establece una relación con el objeto arquitectónico de valor patrimonial, a través del tacto y la identificación de volúmenes, ensambles, escalas y texturas. Esta comprensión se enfatiza con el sentido auditivo y el apoyo de una guía que explica las características del elemento.
“Son maquetas no convencionales. Nosotros adecuamos la realidad a texturas y volúmenes, ya que el elemento más importante es el dedo. Por lo tanto, los usuarios a través del tacto sienten los diferentes relieves y con ello se indica información relevante, como puntos de interés u obstáculos”.