Hace más de 490 años se escribió una historia que formaría parte esencial de la identidad mexicana, como símbolo religioso representativo de la cultura. Fue un 12 de diciembre de 1531 que Juan Diego presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.

Décadas después, en 1667, el papa Clemente IX proclamó que el 12 de diciembre sería un día de fiesta en honor a la Morenita del Tepeyac, acto que, en 1824, sería reafirmado por la declaración del Congreso mexicano, que fijó este día como fiesta nacional.

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El Mtro. Conrado Zepeda Miramontes, SJ, académico del Departamento de Ciencias Sociales de la IBERO Puebla, explica la importancia de ver este día no solo como la celebración a la imagen y creencia de María de Guadalupe, sino también como una oportunidad de ver al otro y la otra, y cultivar un tejido social unido en medio de un México convulso.

Consulta la entrevista del Mtro. Conrado Zepeda Miramontes, SJ.

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