Con cerca de 80 años de vida y tres generaciones, el Volkswagen Tipo 1, como se le conoció originariamente, es un clásico automovilístico.

El fabricante automovilístico alemán Volkswagen va a dejar de producir el Beetle en el estado mexicano de Puebla el próximo año, pero estudia introducir una nueva generación, que sería un eléctrico, aunque no hay planes inmediatos.

Volkswagen concluirá en julio de 2019 la producción de la tercera generación del Beetle, su emblemático “Escarabajo”, “Vocho” en México o “Käfer” en alemán, un vehículo que el Führer Alfred Hitler (1934-1945) encargó a Ferdinand Porsche para crear el coche del pueblo, un automóvil que pudieran pagar todos los alemanes.

Con cerca de 80 años de vida y tres generaciones, el Volkswagen Tipo 1, como se le conoció originariamente, es un clásico automovilístico.

Su diseño siempre ha sido un icono del automovilismo y desde su origen ha sido innovador, por ejemplo, con el motor de cilindros opuestos y los faros redondos.

Ha simbolizado el desarrollo industrial alemán, el desarrollo de las autopistas en Alemania y el fuerte crecimiento económico con el que el país se recuperó después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), el llamado “milagro alemán”.

Al principio alcanzaba una velocidad de 100 kilómetros por hora, su consumo era bajo y en él podían viajar 4 personas o dos adultos y tres niños.

Algunos modelos posteriores se han alejado del inicial, no han sido económicos, sino caros; tampoco sencillos, sino deportivos o descapotables, aunque mantienen la línea estética redondeada del diseño.

Para celebrar el final de la producción, la compañía alemana ha dicho que va a fabricar dos modelos especiales, que serán el Final Edition SE y el Final Edition SEL.

Beetle Dune. Foto Volkswagen

Estarán disponibles en coupé y convertible con un motor a gasolina de 2 litros y en colores beige safari y azul lavado a piedra, así como en blanco, negro y gris.

Incluirán un equipamiento exclusivo y elementos de decoración lujosos únicos.

Para cubrir las exigencias de los conductores estadounidenses, todos los modelos de esta edición final ofrecen asistencia a la conducción.

Volkswagen deja de producir el Beetle porque sus ventas han caído en América, donde los conductores prefieren vehículos todocamino o SUV.

Historia del Beetle
El primer Escarabajo salió de la cadena de montaje de Wolfsburg, localidad al norte de Alemania donde el grupo VW tiene su sede, por primera vez en 1938 y, desde entonces, Volkswagen ha vendido más de 21 millones de unidades en todo el mundo.


Foto: ARB

En 1933, Hitler se entrevistó con Ferdinand Porsche para hablar del desarrollo de un “Volkswagen” (“el coche del pueblo”).

Un año después, el líder político y militar exigió públicamente a la industria automovilística alemana un coche pequeño, económico, que cualquiera pudiera permitirse en Alemania.

“En la oficina técnica de Porsche se había avanzado mucho en la idea y se pudo presentar un concepto rápidamente. Tenía todas las características fundamentales del futuro Käfer. En 1934, se concedió el encargo de desarrollo, en 1936 comenzaron las pruebas de conducción a mayor escala, responsable de ello fue Ferry Porsche (hijo de Ferdinand) de 27 años”, recuerda Ferdinand Piëch, el nieto de Ferdinand Porsche, en su autobiografía.

Beetle. Foto Volkswagen

Entre 1940 y hasta el final de la Segunda Guerra Mundial apenas se produjeron 630 automóviles en serie, sólo para oficiales nazis privilegiados.
La fábrica de Volkswagen produjo entonces material armamentístico, vehículos militares y reparó aviones de guerra.
Diez años después del final de la Segunda Guerra Mundial salió de la cadena de montaje de Wolfsburg el Käfer un millón, y comenzó a convertirse en un símbolo del milagro alemán.

Beetle. Foto Volkswagen

Hasta julio de 1974, se ensambló en Wolfsburg, concretamente hasta el 1 de julio, cuando se produjo el último Käfer en Alemania, el número 11.916.519.

A partir de 1967 salió el primer “Escarabajo” de la factoría de Puebla, en México, que mantuvo la producción una vez que dejó de fabricarse en Alemania y desde 1996 lo produjo en exclusiva.

También se fabricó en Brasil, donde se le conoce como “Fusca”, entre 1959 y 1986, período en el que fabricaron 3,3 millones de unidades.

Posteriormente Brasil produjo de nuevo este modelo entre 1993 y 1996, 46.000 unidades más.

Su carácter de culto es tal que el Beetle tiene clubes de fans que organizan encuentros en Europa y EEUU, y también se ha convertido en un objeto de culto como lo fue para el actor estadounidense Paul Newman (1925-2008), que convirtió uno en un caprichoso y extravagante coche de carreras.

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