Las cifras indican que los recursos destinados a pago de nómina, gasto corriente y deuda representaron en 2020, en promedio, el 69.6% del presupuesto.
La Ciudad de Puebla fue ubicada como la octava del país más asfixiada por compromisos financieros, principalmente pago de nómina, gasto corriente y cobertura de deuda, aunque este último punto, según el ayuntamiento de Claudia Rivera Vivanco, ya quedó en ceros o liquidada.
Este lunes el Diario Reforma publicó que hay 10 ciudades del país, las más pobladas del país, donde en el último año, estos gastos aumentaron en más de dos puntos porcentuales y para 2021 representan, en promedio, el 72 por ciento de sus recursos.
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Se trata de la Ciudad de México y de urbes como Tijuana, Guadalajara, Zapopan, León, Monterrey, Ciudad Juárez, Puebla, Ecatepec y Nezahualcóyotl.
Las cifras indican que los recursos destinados por estas ciudades al pago de nómina, gasto corriente y el pago de la deuda representaron en 2020, en promedio, el 69.6 por ciento de sus presupuestos.
Un año después, este porcentaje aumentó a 72 por ciento, a pesar de que, en conjunto, el presupuesto total de estas urbes registró una reducción nominal de más de 5 mil 828 millones de pesos, al pasar de más de 286 mil millones en 2020 a más de 280 mil 205 millones de pesos en el presente ejercicio fiscal.
Las urbes que registraron reducciones en sus bolsas anuales son Ciudad de México, Ecatepec, Guadalajara, Puebla, Monterrey, León, Zapopan y Ciudad Nezahualcóyotl.
De acuerdo con el análisis, sobresale el caso de Tijuana, en donde sólo la nómina equivale a 57 por ciento del presupuesto aprobado para 2021, mientras que, en conjunto con el gasto corriente y el pago de la deuda, representan el 83 por ciento de los recursos con los que cuenta para el presente ejercicio fiscal.
Suman 20 municipios 43% de deuda global
Los estados de Baja California, Jalisco, Nuevo León, Sonora, México y Quintana Roo concentran 20 de los municipios más endeudados del País.
El documento Obligaciones Financieras de los Municipios, elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, indica que al cierre de 2020 estos municipios englobaban más del 43 por ciento de la deuda municipal, que ascendía a 43 mil 462.9 millones de pesos.
Las cifras indican que, en conjunto, los pasivos de estos ayuntamientos son superiores a los 18 mil 897 millones de pesos.
Se trata de Tijuana, Mexicali y Ensenada, en Baja California, con una deuda total de 4 mil 125.9 millones de pesos, así como Guadalajara, Zapopan, Tonalá y San Pedro Tlaquepaque, en Jalisco, con una deuda conjunta de más de 3 mil 990 millones de pesos.
En el Estado de Nuevo León, los municipios de Monterrey, San Nicolás de los Garza y Guadalupe suman pasivos por 3 mil 446.7 millones, mientras que Hermosillo, Cajeme y Nogales, en Sonora, registran una deuda conjunta de 2 mil 973.9 millones.
Los ayuntamientos de Naucalpan, Ecatepec, Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla de Baz en el Estado de México presentan una deuda de 2 mil 331.8 millones, en tanto que para Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel, en Quintana Roo, ésta es de 2 mil 28 millones de pesos.
Aunque representan apenas el 3.2 por ciento de los 620 ayuntamientos que cuentan con pasivos registrados ante la Secretaría de Hacienda, esos 20 municipios concentran el 43.5 por ciento de la deuda total municipal.
De acuerdo con el informe, las localidades más endeudadas son Tijuana, Baja California, con 2 mil 597.6 millones de pesos; Monterrey, Nuevo León, con mil 961.7 millones; Hermosillo, Sonora, con mil 764.4 millones; Guadalajara, Jalisco, con mil 695.6 millones de pesos; León, Guanajuato, con mil 56 millones y Zapopan, Jalisco, con mil 8 millones de pesos.
Esos municipios representan el 0.9 por ciento de los que cuentan con deuda registrada ante la Secretaría de Hacienda, pero concentran prácticamente una cuarta parte del total de pasivos de este orden de Gobierno.
El coordinador de Finanzas Públicas Locales del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CRIÉ), Christopher Cernichiaro, advirtió que si bien la Ley de Disciplina Financiera representó un avance, al establecer los criterios generales de responsabilidad hacendaria y financiera que regirán a estados y municipios, aún es necesario establecer más controles para garantizar que la deuda no sea destinada a rubros de gasto de baja rentabilidad económica y social.
Cernichiaro advirtió que estos controles deben considerar eventualidades, como la crisis sanitaria actual o desastres naturales.
«(Con más controles) sí vamos a tener una forma de generar certeza de a qué se van a dedicar los recursos, pero se me viene a la cabeza una situación como la pandemia; podría ser complicado que por tener muchos candados para el ejercicio de la deuda, no pudieras satisfacer las necesidades de forma inmediata, eso es algo a tomar a cuenta», consideró.