El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha confirmado que el sol peruano fue la divisa más estable frente al cierre del año pasado en comparación con otras monedas de la región. Su baja depreciación frente al dólar, la estabilidad macroeconómica del país y un récord en la balanza comercial son factores clave de su fortalecimiento.

Con una depreciación de apenas 1,5% frente al dólar, el tipo de cambio de la moneda peruana cerró el 2024 en 3,76 soles por dólar, llevándose la corona como la moneda más sólida de la región.

Según datos del banco central peruano, desde el año 2000 el sol se ha depreciado solo un 5,5% frente al dólar, en comparación con el peso chileno que durante este mismo periodo ha sufrido una caída de 73%, el peso colombiano del 95,8%, el peso mexicano de 111,1% y el real brasileño 213,4%.

El milagro económico de Perú se atribuye a la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos del país andino, la credibilidad e independencia del BCRP y su política monetaria, así como a un alto nivel de reservas internacionales y una balanza comercial superavitaria.

“Una de las razones de esta estabilidad es la independencia de nuestro banco central que tiene protección constitucional y tenemos un gobernador que ya va a cumplir 20 años en el cargo, que es probablemente la persona más respetada dentro del sector público nacional, y que ha logrado mantener un rango meta bastante bajo y que dentro de su política está la acumulación de reservas que le ha permitido enfrentar volatilidad en el mercado cambiario”, explicó Luis Miguel Castilla, exministro de Economía de Perú.

Otro de los factores que ha contribuido a esta estabilidad es la baja inflación registrada en el país con datos muy por debajo de la media regional.

En 2024, la inflación nacional se ubicó en 1,90%, mientras que en Lima Metropolitana alcanzó el 1,97%, un escenario que todavía sostiene este año, pues a febrero de 2025 la inflación registró el 1,48% interanual, el nivel más en siete años, cuando en septiembre de 2018 los precios subieron 1,28% anual.

Estas cifras consolidan a Perú como una de las pocas naciones con inflación anual en torno al 2%, incluso inferior a la de la Eurozona que a febrero reportaba un 2,3% anual y Estados Unidos que en el mismo periodo registró un 2,8% interanual; ambos por encima del rango objetivo de sus bancos centrales.

Sumado a esto, Perú alcanzó nueve meses consecutivos dentro de su rango meta de inflación de 1% a 3%, el período más prolongado registrado en la región.

Durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC 2024), realizado en Lima, el presidente del BCRP, Julio Velarde, destacó la estabilidad económica de Perú y su comparación favorable frente a otras economías de la región, como Brasil y México. En el evento, Velarde afirmó que el sol peruano es percibido como el «nuevo dólar sudamericano», gracias a su solidez y la confianza que genera en los mercados.

Pero además de este escenario, otro factor determinante en el fortalecimiento de esta moneda ha sido el superávit en la balanza comercial del país.

En 2024, Perú logró un récord con un superávit comercial cercano a los 24.000 millones de dólares, impulsado por sus exportaciones de cobre y otras materias primas.

Este resultado ha permitido que las reservas internacionales netas del BCRP se mantengan en niveles elevados, alcanzando los 83.000 millones de dólares, lo que equivale a casi el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, la proporción más alta de la región.

Los datos oficiales también reflejan un crecimiento sostenido de la balanza comercial peruana en la última década, con un incremento significativo en los últimos cinco años, un fenómeno que se explica por una mayor oferta exportable del país y al alza de los precios de las materias primas, particularmente el cobre, del cual Perú es el tercer mayor productor mundial.

Como medida no menos importante, la política monetaria del BCRP ha sido clave en el mantenimiento de la estabilidad del sol peruano. La entidad ha mantenido una tasa de interés de referencia del 4,75%, la más baja entre las principales economías latinoamericanas. Una estrategia que ha permitido que el sol peruano registre una depreciación marginal en el último año.

Pero, aunque el fortalecimiento del sol peruano en teoría podría traducirse en más beneficios directos para los ciudadanos con la posibilidad de mayor poder adquisitivo y en una menor presión inflacionaria sobre los precios de los bienes y servicios, lo cierto es que es un bajo porcentaje de la población el que ha visto esta bonanza en sus finanzas.

“Para mí beneficia más a los grandes conglomerados, como la banca, pero nosotros no sentimos ninguna diferencia. Yo no siento absolutamente nada de cambio”, dijo Norma Saldaña, pensionada y ciudadana de Lima.

“Lo que sí me gustaría es que hubiera un repunte en el salario mínimo para que la mayoría de gente tenga mayor posibilidad de compra y que las personas podamos comprar con mayor facilidad los productos de primera necesidad”, comentó también desde Lima, Rolando Flores, estudiante y empleado del sector industrial.

No obstante, mientras todos estos números positivos giran en la órbita de Perú y con el paso del tiempo pueden volverse más evidentes en la cotidianidad de sus ciudadanos, lo cierto es que la resiliencia de la economía peruana se ha mantenido a pesar de los desafíos políticos y sociales que ha enfrentado en los últimos años, incluyendo la inestabilidad gubernamental y las protestas sociales.

Con información de France 24

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