El motor que salvó a la economía mexicana de caer en recesión técnica pierde fuerza.

El sector de los servicios se desaceleró en meses recientes, y ese menor crecimiento atrae la atención, pues de él depende nada más y nada menos que casi el 60 por ciento de la economía.

“El que nos salvó, por decirlo de alguna manera, es el sector servicios, que sigue expandiéndose a una tasa más moderada de lo que habíamos visto, pero sigue mantenido cierto dinamismo”, consideró Delia Paredes, economista en jefe en Grupo Financiero Banorte.

En números, ese dinamismo se observa en que durante el segundo trimestre las actividades terciarias crecieron 0.2 por ciento  respecto al primer trimestre cuando se contrajeron 0.1 por ciento, según la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB). En su comparación con el mismo trimestre pero de 2018, la tasa de crecimiento fue de 1 por ciento, igual al anterior, pero viene de tasas de 3.2 por ciento del tercer trimestre de 2018.

Las 15 actividades que lo integran como el comercio al mayoreo y al menudeo, servicios financieros, educativos, profesionales y más, representan dos tercios de la actividad económica, y si para o se avería, la economía del país enfrenta problemas.

Un factor que puede indicar esa posible recuperación es que los mexicanos abren sus carteras para consumir, pues las ventas al menudeo crecieron 4.4 por ciento anual promedio en los primeros meses del segundo trimestre.

“Todavía no se observa un deterioro significativo en las ventas minoristas”, dijo Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, en un reporte.

La desaceleración del motor más potente de la economía se explica en parte por factores internos relacionados al trabajo y a la curva de aprendizaje del nuevo gobierno para ejercer el gasto público.

“Se está desacelerando y esto tiene unas bases en un ligero deterioro del mercado laboral que ha habido con tantos despidos en el gobierno. Ha habido un crecimiento en la incertidumbre que está afectando las decisiones de gasto y todo esto se ha visto plasmado en la desaceleración en el primer trimestre, explicó Joan Domene.

El gobierno mexicano ha dado señales de saber la importancia de este motor para impulsar la economía: Parte de sus programas incluyen transferencias de dinero constante y sonante a jóvenes, adultos mayores, niños, estudiantes, discapacitados, dinero que puede ser gastado y con ello impulsar el consumo, parte del sector de servicios.

“Sí está en una clara desaceleración pero todavía creciendo (…) pero todavía está en un buen nivel dado que quizá se recupere en este trimestre”, consideró Marco Oviedo, jefe de investigación económica para América Latina de Barclay’s.

«Hemos tenido un crecimiento de los salarios reales que debería seguir apoyando al por lo menos que haya un ligero crecimiento en los servicios y de momento creo que ahí está la mayor incertidumbre, si bien todo mundo tiene claro que el sector industrial seguirá en contracción este año y que la agricultura pesa muy poco como para compensar nada, la gran incógnita seguirá siendo qué hacen los servicios», dijo Domene.

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