Se perdieron empleos, los presupuestos se vieron disminuidos y se resintió la falta de recursos autogenerados por la venta de taquilla.
Con la aparición del coronavirus todos los sectores productivos en México se vieron afectados; las industrias culturales, artistas, promotores, trabajadores, museos y galeristas no fueron la excepción y se llevaron gran parte de las afectaciones debido al cierre de sus puertas, algunos incluso tendrán que enfrentar el cierre definitivo.
Ante la emergencia sanitaria que implicó el confinamiento social y el cierre de los recintos culturales, la crisis económica se hizo presente: se perdieron empleos, los presupuestos se vieron disminuidos y se resintió la falta de recursos autogenerados por la venta de taquilla.
Directores, curadores y artistas indicaron que desde que cerraron sus puertas por la contingencia, los recintos tuvieron que recurrir a las redes sociales para no dejar de trabajar y compartir con el público una programación más atractiva que incluía recorrido
De hecho, el 18 de mayo que se festeja el Día Mundial de los Museos, el propio Consejo Internacional de Museos (ICOM) consultó a especialistas de 107 países y concluyó que, a consecuencia de la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia, el 32 por ciento de los museos en el mundo podrían cerrar sus puertas de manera definitiva.
Para paliar la tragedia y enfrentar el panorama desolador, un grupo de curadores, investigadores alzaron la voz y el 22 de mayo le llevaron la Carta Abierta ProMuseos al presidente Andrés Manuel López Obrador, con más de 3 mil 500 firmas.
“Los museos son epicentros de la vida, implicados en la búsqueda de soluciones a las problemáticas contemporáneas, como las raíces multiculturales, la lucha de las minorías y la diversidad sexual”, proclamaba la misiva.
No hubo respuesta, a pesar de que los museos públicos y privados también son fundamentales en la promoción y difusión de la cultura, en nuestro país estuvieron a punto de dejar de funcionar de manera definitiva.
Museos y galerías se enfrentan al cierre definitivo por falta de recursos
La escasez de recursos es la constante, pues recintos privados como el Papalote Museo del Niño está a punto de cerrar sus puertas de manera definitiva, porque necesita recursos para poder operar. El museo ha tenido que realizar recortes severos a los sueldos y cancelar los proyectos que tenía contemplados en este periodo.
Como estos recintos viven de la taquilla, de patrocinios y de rentar sus espacios, al permanecer cerrados sin la posibilidad de generar recursos, corren el riesgo de no subsistir.
Otros espacios enfrentan graves problemas por la situación precaria que reportan, tales como el Museo Fernando García Ponce de Yucatán (Macay), en Mérida, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (Maco) y el Museo José Luis Cuevas, éste último espacio para pagar el salario de los empleados tuvo que organizar una subasta de arte.
Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, indicó que, debido la pandemia, la Fundación Museo José Luis Cuevas se ha visto impedida de generar ingresos, ya que no ha podido alquiler del inmueble:
“Tendrá que reforzarse el marco jurídico que el gobierno de la Ciudad de México defina, pero ahí estaremos trabajando tanto la SC como con la fundación para buscar nuevos esquemas de gestión para el museo”, señaló.
En todo este año de pandemia, los encargados de los museos privados se han visto imposibilitados para obtener recursos, y poder saldar las cuotas del IMSS y los impuestos del Sistema de Administración Tributaria (SAT) a la Secretaría de Hacienda.
La pregunta es ¿qué se ha ganado y qué se ha perdido con este confinamiento?, ya que se está frente a un nuevo paradigma que no ha sido analizado por las autoridades.