La percepción de una mayor oferta de petróleo, aunado a un debilitamiento en la demanda y el fortalecimiento del dólar extendieron la tendencia negativa de los precios internacionales del crudo, que ligaron siete semanas consecutivas con pérdidas, su peor racha desde finales del 2018.
En este periodo, la cotización de la mezcla mexicana acumula una caída de 21.26 por ciento, y cerró el viernes en 66.60 dólares por barril, luego de que en la jornada previa registró su menor nivel desde finales de junio.
El West Texas Intermediate (WTI) sumó una pérdida de 19.70 por ciento, a 71.27 billetes verdes por unidad y para el Brent el descenso es de 17.65 por ciento, al cerrar la semana pasada en 75.99 billetes verdes.
Analistas de Banco Base señalaron que las presiones a la baja no solo se deben al fortalecimiento del dólar, sino a los riesgos de una mayor oferta global, en un periodo en donde la demanda se ha mantenido débil.
“El mercado teme que la OPEP+ no pueda cumplir con los recortes en la producción planificados para el 2024, pues los recortes adicionales son voluntarios. Mientras tanto, las expectativas económicas globales se han deteriorado, lo que puede limitar la demanda global por hidrocarburos”, apuntaron.
Ana Azuara, especialista de materias primas de la institución, indicó que esto no necesariamente significa que los precios de los crudos marcadores finalizarán este 2023 por debajo de los 80 dólares por barril.
Por su parte, Ernesto O’Farrill, presidente de Bursamétrica, explicó que los precios han bajado debido a que no hay credibilidad suficiente en el mercado de que la OPEP y aliados recorten la producción para apuntalar a los precios y, por otra parte, se debe a que en realidad estamos en la época estacional más baja de consumo.
Economistas de Banorte expresaron que los precios del crudo han registrado una alta volatilidad y un sesgo negativo debido al aumento en las exportaciones de Estados Unidos; también, por la incertidumbre sobre la demanda y poca confianza en que se materialicen los recortes a la producción por parte de la OPEP y sus aliados.
Impacto en México
O’FarrilL estimó que si el precio de la mezcla mexicana de exportación promediara en un año 5 dólares por barril por debajo de lo presupuestado, las finanzas públicas sufrirían una merma de 67 mil millones de pesos.
No obstante, explicó que con las coberturas petroleras la merma en los ingresos es menor, y dependería qué porcentaje de la exportación cubren estos instrumentos derivados y a qué precio estarían cubriendo la exportación.
“Ahora estamos exportando menos crudo porque necesitamos más para refinar y estamos produciendo menos. Como somos deficitarios, una baja en el precio del crudo en términos netos nos favorece como país”, dijo.
Marco Oviedo, estratega para América Latina del banco brasileño XP Investment, advirtió que “la reciente baja en el precio de la mezcla mexicana ya en estas fechas tiene más un impacto en las finanzas públicas del próximo año”. “Como sabes tiene ciertos rezagos el registro de los ingresos y cómo impacta los ingresos observados probablemente de persistir las caídas de en los precios, yo creo que se verá en las finanzas de enero”, enfatizó.
“El presupuesto de 2024 trae un precio de petróleo relativamente bajo, de 56.7 dólares por barril, entonces, la mezcla mexicana está en 66.60 dpb, y el WTI en 71.27. Por lo pronto, parece que no debe ser un impacto lo suficientemente fuerte, si esto es temporal”, subrayó el economista.
Sin embargo, advirtió que si los precios siguen a la baja de manera persistente, si se viniera una recesión mundial hacia la segunda mitad del 2024, sí tendría un impacto negativo en las finanzas, pero creo que también tienen, garantizada cierta parte de la producción de petróleo con una cobertura, entonces también, el efecto podría ser limitado”, ponderó.
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Foto: Especial